El duro informe del Incar desautorizando, por ser un “cúmulo de errores y datos tergiversados” y estar realizado por “personas sin experiencia probada”, el estudio avalado por la Autoridad Portuaria que fija en el buque hundido “Castillo de Salas” el origen de las manchas de carbón que aparecen en la playa de San Lorenzo no pasó desapercibido ayer para nadie. Tampoco cayó en saco roto que la investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar), Isabel Suárez-Ruiz, hiciera esas consideraciones contra el trabajo de los geólogos Germán Flor y Félix Mateos desde el salón de recepciones del Ayuntamiento y acompañada del edil de Medio Ambiente, Aurelio Martín. El Incar defiende que el origen del carbón de la playa hay que buscarlo en los acopios El Musel. Desde la Autoridad Portuaria se mostró respeto a todas las opiniones, “incluso las que tienen intencionalidad política”. La oposición exigió acciones y no palabras.
“Desde la Autoridad Portuaria de Gijón se sigue con la mayor atención y respeto todas las opiniones que se puedan suscitar en el entorno de su operativa, incluidas aquellas con una nítida, y por supuesto legítima, intencionalidad personal o política”, se contestó ayer desde el organismo que preside Laureano Lourido. Sin entrar en descalificaciones, desde El Musel se defiende que “el Puerto dispone de estudios multidisciplinares tan exhaustivos como rigurosos, llevados a cabo por investigadores independientes del mayor prestigio y basados en análisis de los laboratorios más avanzados del mundo en la materia”. Unos estudios, destacó, que dan soporte a inversiones de carácter medioambiental: 12,8 millones en el próximo trienio pese a una complicada situación económica.
Los portavoces municipales, que asistieron a la presentación del análisis del Incar, pidieron acabar con este ir y venir de informes y centraron su mirada en la socialista Ana González por su doble condición de Alcaldesa y vicepresidenta del Puerto. “Dejen de marear a los gijoneses con disculpas y pónganse a hacer lo que es su responsabilidad, que no llegue carbón a la playa de San Lorenzo. Si se hace una encuesta a los ciudadanos, creo que obtendría ‘mayoría absoluta’ sobre la procedencia del carbón: El Musel”, sentenció José Carlos Fernández Sarasola. El portavoz de Ciudadanos retó a la Regidora a hacer valer su puesto en la Autoridad Portuaria para que se aprueben ya “las inversiones necesarias”.
A la Alcaldesa se refirió también el portavoz de Foro, Jesús Martínez Salvador. “Tiene mando en plaza en ambas instituciones y está de perfil en un tema trascendental para la imagen de nuestra ciudad”. El forista tildó de “cuento de nunca acabar” la presentación de informes y contrainformes y afeó que se hagan públicas diferencias que enfrentan a administraciones tan vinculadas.
“No me parece que sea bueno para el Ayuntamiento verse metido en este fangal”, indicó, por su parte, el portavoz del PP, Alberto López-Asenjo, que mostró su desazón por las descalificaciones escuchadas en sede municipal. “Estamos ante un fuego cruzado cuando lo propio sería un debate de ideas”, comentó el popular, para quien sería la instancia judicial a la que tendría que recurrir el Incar si entiende que hubo manipulación de documentos y falseamiento.
Para Laura Tuero, de Podemos-Equo, la clave es “no olvidar que el fin de todo esto ha de ser buscar medidas que pongan fin al carbón en la playa”. “Tanto el equipo de gobierno municipal, que tiene a sus dos máximas representantes sentadas en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria , como el Gobierno asturiano, responsable del nombramiento del presidente del puerto de El Musel, deben exigir soluciones a este problema de contaminación costera cuyo origen ha quedado claramente señalado por una voz autorizada y fiable, como es el Incar”, dijo.
El planteamiento del Incar mirando a El Musel está claro para Eladio de la Concha, portavoz de Vox. “Otra cosa es la solución del problema, que vemos difícil teniendo en cuenta la importancia del puerto y el transporte de graneles y su cercanía a las playas”, subrayó.
