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La vuelta de la Feria supone “el pistoletazo hacia la recuperación”, destaca la Cámara

“Llamo a los asturianos a acudir sin reparos”, dice Félix Baragaño, que se felicita por una seguridad “incluso más exigente que la fijada por ley”

Por la izquierda, Pedro López Ferrer, Álvaro Alonso, Félix Baragaño y Avelino Mallo, autor de la pintura que sirve de base para el cartel de la 64.ª edición de FIDMA, expuesto a la izquierda de la imagen, durante la presentación del certamen, ayer. | Ángel González

“La Feria es el pistoletazo para iniciar el camino hacia la recuperación económica. Esta edición de FIDMA es, sin duda alguna, la del optimismo. Una elocuente demostración de que, en cualquier circunstancia, los empresarios siguen adelante como garantes de la creación de empleo y riqueza. Y esta Cámara, apoyada en la confianza que el Consorcio le da, acompaña ese compromiso emprendedor, poniendo en marcha esta gran cita”. Esta es la carta de presentación de la 64.ª edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) que ayer realizó Félix Baragaño, presidente de la institución organizadora, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón, Carreño y Langreo. Baragaño destacó así la importancia para la economía asturiana de la recuperación este año del gran evento de agosto, cita que se tuvo que cancelar en 2020 debido a la situación de la pandemia del coronavirus en Asturias.

La Feria, que abrirá sus puertas entre el sábado día 7 y el 22 de agosto, “no son sólo los 16 días que permanece abierta”. “Este certamen es el inicio de muchas operaciones comerciales que se alargan durante un periodo de tiempo más amplio. Un gran centro comercial abierto que despliega su actividad durante todo el año”, explicó el presidente cameral, en referencia al hecho de que buena parte de las marcas comerciales que se exhiben en la Feria no sólo venden en ella, si también a lo largo del año a clientes que conocieron sus productos en el certamen.

A la recuperación de FIDMA le seguirán en los próximos meses otros eventos sectoriales, que también se habían visto afectados por la pandemia, agregó Baragaño. El presidente presentó ayer la 64.ª edición del tradicional evento gijonés acompañado por el vicepresidente primero de la Cámara, Pedro López Ferrer; su secretario general y director de la Feria, Álvaro Alonso, y el autor de la pintura que ha servido de base para la confección del cartel de esta edición, Avelino Mallo. Baragaño dedicó buena parte de su intervención a destacar las medidas de seguridad que la Cámara ha adoptado para poder hacer posible la Feria sin el riesgo de que se produzcan contagios en la misma, compaginándolo con organizar el certamen de tal modo que sea atractivo para los visitantes y rentable para los expositores.

Así, quiso “trasladar a todos los asturianos un mensaje de tranquilidad y de seguridad para que acudan sin ningún reparo a disfrutar de la Feria como lo hacían en años anteriores”. En este sentido, recalcó que las medidas de prevención adoptadas por la Cámara “están muy por encima de las exigencias que nos marcan las autoridades sanitarias”. Y puso como ejemplo que se tendrá que usar mascarilla obligatoria en todo el recinto ferial y no sólo en interiores, que se instalarán medidores de CO2 en los pabellones aunque no sea obligatorio y que el aforo, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, se va a limitar a un 50% del máximo que tiene el recinto ferial Luis Adaro, cuando los centros comerciales, a los que está asimilada la Feria, tienen actualmente permitido un aforo del 75%. “La seguridad de nuestros visitantes, expositores y empleados es la prioridad número uno”, recalcó el presidente de la Cámara.

En ese afán de ahuyentar temores a los asturianos sobre la seguridad frente al virus en la Feria, Baragaño también apunto que el 85% de los expositores de FIDMA están al aire libre, por lo que definió a la gran cita del verano gijonés como “un centro comercial al aire libre”. El número de expositores es parejo al de ediciones anteriores, entre 600 y 700, que representan un número de marcas que están entre las 1.500 y las 2.000. Este año se ha reducido en un 30% el número de stands de hostelería, pero sólo un 3% el número global de expositores. Eso sí, la superficie comercializada ha disminuido en un 30%, para permitir que haya espacios de tránsito más amplios, permitiendo así a los visitantes mantener la distancia adecuada para garantizar la seguridad frente al virus.

La facturación de la Cámara de Comercio de Gijón también ha menguado en un 30% respecto a una edición anterior a la pandemia. Aún así, la recuperación de la que es la principal fuente de ingresos del organismo, le permitirá sobreponerse de las cuantiosas pérdidas en las que incurrió el año pasado por la cancelación del certamen. Todo está ya listo para que el “Luis Adaro” abra.

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