Dos grúas autopropulsadas de 220 toneladas de capacidad de elevación cada una, de Grúas Roxu, descolgaron ayer dos de los seis tramos de la cinta de la terminal de minerales de El Musel, Ebhisa, que ardieron en la madrugada del pasado 20 de julio, en un incendio supuestamente provocado. Las labores de corte y desmantelamiento de estos tramos de cinta, una vez echados a tierra, están siendo efectuados por la empresa vasca Izu.

Los preparativos para desmontar los alrededor de 200 metros de cinta dañados se comenzaron a realizar en la tarde del pasado lunes y ayer por la mañana comenzó la tarea que se prolongará durante los próximos días.

El destrozo ocasionado por el supuesto sabotaje en esta cinta que une la terminal de minerales con la antigua concesión de Oligsa (sociedad absorbida por Ebhisa hace años) en la explanada de Aboño ha causado unos daños que inicialmente se estiman entre 1,5 y 2 millones de euros, a falta de la peritación de los mismos para precisar la cuantía.

A esto se suman los costes que tiene que asumir Ebhisa para trasladar hasta Aboño en camiones el carbón que transportaba esa cinta, que daba servicio a Industrias Doy, Química del Nalón y ArcelorMittal, los usuarios de la antigua concesión de Oligsa. La cinta saboteada no podrá estar reparada, como pronto, antes de finales de este año.

El incendio de esta cinta es el último de una serie de sabotajes en la terminal de minerales, que vive un periodo de conflictividad laboral. Otros fueron la quema de dos máquinas cargadoras valoradas en 800.000 euros, el incendio de dos coches de empresa y daños de menor entidad en cintas y transformadores.