Imasa Ingeniería y Proyectos ha propuesto al administrador concursal de Modultec y a los sindicatos que se articule un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para los trabajadores de Modultec, en vez de su despido mediante un ERE, tal como se ha planteado dentro del proceso de liquidación de la empresa de edificaciones modulares prefabricadas de Porceyo. Modultec solicitó en junio al juez su liquidación, al no poder hacer frente a los pagos pactados en el convenio de 2016 con sus acreedores, tras haber entrado en concurso un año antes.
Imasa y Modulcea están participando en el periodo de consultas del ERE que ha planteado la administración concursal y que comenzó el pasado lunes. Ambas empresas han comparecido en la mesa de negociación después de que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) haya constatado que las tres compañías forman un grupo de empresas a nivel laboral, esto es, que, aunque formalmente los trabajadores de Modultec sólo están adscritos a esta compañía, en la práctica dependen de varias empresas del mismo grupo mercantil, el grupo Imasa.
La existencia de ese grupo de empresas laboral supondría en última instancia un salvavidas para los trabajadores de Modultec, cuyos representantes ya han advertido de que si los ponen en la calle reclamarán judicialmente su incorporación al grupo Imasa, una eventualidad que no tendría por qué darse si alguna de las compañías que ya se han interesado por hacerse con el negocio de Modultec formaliza una oferta que incluya asumir a su plantilla actual, de 41 trabajadores después de que una empleada haya pedido la baja voluntaria al encontrar otro empleo.
La propuesta de Imasa de enviar a la plantilla de Modultec a una nueva regulación temporal –acumularon sucesivas en los últimos años– obedece precisamente al intento de vender la fábrica de Porceyo como una unidad productiva. Esa es la prioridad que se ha marcado la administración concursal, vender los activos de Modultec en conjunto a algún inversor interesado en reanudar la actividad con una nueva sociedad que nacería sin deudas. Además de mantener la actividad industrial en la fábrica de Porceyo, también será prioritario a la hora de la adjudicación, el mantenimiento por parte del nuevo propietario del mayor número de puestos de trabajo.
En este contexto la administración concursal se ha mostrado abierta a contemplar la sustitución del ERE por una regulación temporal, siempre que Imasa y Modulcea asuman el pago de las cuotas sociales, dado que Modultec no dispone de fondos para ello, que las condiciones del ERTE se pacten entre empresas y sindicatos y también que Imasa y Modulcea asuman el pago de las nóminas que se adeudan a los trabajadores de Modultec, que llevan dos meses sin cobrar.
Que salga adelante esta propuesta para evitar los despidos mientras se busca un comprador para la fábrica de Porceyo no está exenta de obstáculos. Por un lado, al comité de empresa de Modultec le parece insuficiente, si bien han mostrado su apoyo a buscar soluciones para mantener la actividad industrial y salvar los empleos.
En cuanto a Imasa y Modulcea, pese a acudir a la mesa de negociación convocados por el juez de lo mercantil, no reconocen la existencia de grupo de empresas, alegando que las sentencias dictadas por el TSJA no son firmes. Hacer esas aportaciones sin que puedan usarse en los tribunales como prueba del grupo de empresas es la propuesta que efectuó en la mesa negociadora la administración concursal.
