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Gijón, corazón de manzana

El mercadín, única actividad cara al público de la Fiesta de la Sidra Natural, se estrena con animación y “buenas sensaciones”

Ambiente en las casetas ubicadas en los Jardines de la Reina | Juan Plaza

Adiós Semana Grande, hola Fiesta de la Sidra Natural. Por trigésimo año consecutivo arranca la gran cita gijonesa con la manzana y su zumo. Anteriores ediciones dejaban imágenes de récord, como la de miles de personas escanciando a la vez sobre la arena de la playa de Poniente. La pandemia, sin embargo, ha obligado a borrarlas de esta edición. La plaza Mayor tampoco albergará los “cancios de chigre” que conseguían emocionar al público. Ni la jornada de degustación de la sidra de los mejores llagares. Pese a todo, esta celebración de la bebida reina asturiana no tira la toalla, y sigue al pie del cañón gracias al concurso oficial de escanciadores, la entrega del premio “Elogio de Oro” a la mejor sidra y la única de sus actividades de cara al público: el Mercadín de la Sidra y la Manzana. Los 22 artesanos participantes abrieron ayer sus casetas, ubicadas en los Jardines de la Reina y la plaza Mayor, para ofrecer productos que llevan por bandera al autóctono zumo dorado. Estarán hasta el próximo domingo 29 de agosto, de 11.00 a 23.00 horas –a excepción del último día, que cierran a las 22.00 horas–.

Los negocios regionales consiguen sobreponerse al virus agudizando el ingenio, pero, sobretodo, elaborando sus productos desde el “corazón de manzana”, como las tartaletas que la confitería gijonesa Danas ofrece en su puesto. La propietaria del negocio ubicado en el paseo de Begoña, Carmen Fuego, explica que las “covadongas” –así se llama el pastel– son una innovación de este año: “La receta original no llevaba manzana, pero ya ha tenido tanto éxito hoy –por ayer– que se van a quedar así”. La pastelera ha llevado hasta la feria una segunda receta que confundirá a más de uno. Lo que parece un pequeño plato de fabada asturiana se trata realmente de un pastel de turrón y una gelatina con sabor a la fruta abanderada del certamen. “Llama mucho la atención al turista”, advierte Fuego. Su oferta gastronómica, además, está pensada para todo el mundo, ya que incluye un pastel “fitness” apto para diabéticos y veganos, y productos para celiacos.

La ración de fabes dulces de Danas, apta candidata a producto estrella de la edición, compite con otras artesanías también para el paladar, como la “Asturcilla”, la “Nocilla” de la región. Elaborada “con mucho cariño” por la cooperativa Kikiricoop en Cabranes, asegura Verónica Sánchez Martino. Junto a Sergio de la Oz Pérez, es la responsable de comercializar esta versión a la asturiana de la crema de cacao y avellana, creada en 2016, y hecha a partir de ingredientes ecológicos que no contienen aceite de palma, colorantes o conservantes. “La avellana es de Piloña, la leche es de productores de Nava, el azúcar panela y el cacao son de Comercio Justo, y el aceite de girasol está producido en Burgos a base de un 100% de zumo de pipa”, desvela Silvia Catalán, la responsable del puesto en la plaza Mayor.

 Aunque está receta no incluya a las dos excusas del mercadín, la sidra y la manzana sí están presentes en el resto de sus productos, como los dulces de frutos secos y manzana o la sidra dulce ecológica de la cooperativa Agrecoastur. El puesto de Asturcilla es uno de los pocos fichajes del mercadín en su 30.ª edición. La responsable de la caseta “novata”, Verónica Sánchez, explica que se animaron a participar en el festival “porque combina la cultura sidrera con el consumo local, dos cosas que desde la cooperativa defendemos y trabajamos”.

Puestos del mercadín.

La crema de untar regional llega, además, pisando fuerte desde el primer día. Muchos curiosos se reunieron alrededor del mostrador de Asturcilla para averiguar qué se ofrecía. Félix Sotos y Flor Rodríguez, un matrimonio de Valladolid que frecuenta la ciudad, ya conocían la crema de cacao y se deshicieron en elogios hacia ella: “Está buenísima, la estamos probando para desayunar, con pan, con tortitas y nata... Y se nota el sabor tan natural que tiene porque sabe a avellana de verdad”. Todo apunta a que “Asturcilla se venderá sola”, sentencia Catalán. Y no es la única que lo piensa.

Voces expertas en el certamen sidrero, como la de Olegario Díaz, dueño de la destilería noreñense Molín del Nora, aseguran que este primer día de mercadín “deja buenas sensaciones”. El más veterano del festival –según recuerda– lleva 22 años ofreciendo sus licores hechos a base de manzana y sidra dulce al público gijonés, convirtiéndolos en reclamo habitual de clientes de la región. “Nos encontramos con gente que solo acude a las casetas cada verano para comprarnos”, señala. Haciendo balance con la edición pasada, aún más “descafeinada” por el perímetro cerrado habilitado para controlar la afluencia de visitas, el propietario del negocio de bebidas celebra que “se va viendo un poco de claridad”.

Junto con los licores, las cerámicas de la artesana Vicen Sanz son otras habituales del festival que resistieron_a las restricciones del coronavirus el año anterior. “Hay que reinventarse y seguir hacia adelante, la agenda de verano de la ciudad tiene que continuar con festivales como este que nos mantengan el ánimo”, opina la artista. Ella, por su parte, brinda innovación al certamen con una vajilla que incluye finos trazos de manzanas dibujadas, además de pendientes, vasos de sidra y demás artesanías homenajeando al producto estrella.    

En el otro grupo de casetas del mercadín, en la plaza Mayor, se ubica el puesto de Ismael Marcos y Javier Ortega, propietarios del taller Azabache Llantones. En él, no hay prácticamente ninguna joya que no tenga forma de manzana. Pendientes, anillos, pulseras... Y su novedad particular de la edición; un colgante con la forma de esta fruta en forma de mosaico. Aunque los joyeros busquen versatilidad, cuentan que tienen clientes fieles a un solo producto: “Compran cada año la misma sortija en diferentes colores, como si fuese una colección”. Esta primera jornada deja un buen sabor de boca a los joyeros. “Como el tiempo acompaña y hay mucha gente paseando, está siendo un gran día de apertura”, observa Marcos.  

Al Mercadín de la Sidra y la Manzana se sumarán el concurso oficial de escanciadores y el premio “Elogio de Oro” a la mejor sidra. Ambos eventos tendrán lugar en el Jardín Botánico a puerta cerrada. La competición de escanciado se celebrará el jueves 26 de agosto a las 17.30 horas. La sidra ganadora se anunciará el domingo 29 a las 14.30 horas aproximadamente, tras dos cortes eliminatorios los días 26 y 29 a las 12.00 horas. Con el mercadín, quedan inaugurados los diez días de homenaje a los dos nuevos “patrones” de la ciudad. 

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