La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

“Nuestro clima permite el autoconsumo de energía solar”, afirman los expertos

Los gijoneses Borja Cueto-Felgueroso y Javier Romualdo Díaz, de ASP, notan un incremento de la demanda de placas para vivienda unifamiliar

Por la izquierda, Javier Romualdo Díaz y Borja Cueto-Felgueroso, con una de sus placas solares. | Marcos León

En un momento en el que los precios de la luz eléctrica alcanzan cifras récord y cuando el proceso de transición ecológica parece imparable, dos gijoneses que acaban de entrar en la treintena se empeñan en fomentar en Asturias el autoconsumo energético a través de placas de energía fotovoltaica que permiten un ahorro en la factura de entre un treinta y un cincuenta por ciento. Se trata de Borja Cueto-Felgueroso y Javier Romualdo Díaz Fernández, responsables de la empresa ASP Energía, quienes, poco a poco, pero con creciente éxito, rompen el mito de que lo solar no tiene cabida en Asturias porque aquí siempre está nublado o lloviendo. “No hacen falta días de restallu para que las placas funcionen. Con nubes lo hacen perfectamente”, detalla Cueto-Felgueroso, que pone como ejemplo lo que sucede en el norte de Europa. “Allí hay muchas menos horas de sol que en Asturias y, sin embargo, está repleto de este tipo de instalaciones. No hay más que seguir por la televisión alguna prueba ciclista para darse cuenta de ello”, señala.

El sur de España sí que es mucho más soleado, pero desde el punto de vista meteorológico cuenta con un handicap respecto a la Cornisa. “Las altas temperaturas conllevan una peor conservación de los equipos”, subraya Javier Romualdo Díaz.

Licencias

El servicio que ofrecen estos dos jóvenes profesionales gijoneses es “llave en mano”, ya que la tramitación administrativa para las instalaciones fotovoltaicas resulta bastante farragosa. “Estamos intentando que no haya que obtener la licencia de obra, porque es algo que no consideramos que sea necesario y que, en ocasiones, retrasa mucho la entrada en servicio de los equipos”, lamenta Cueto-Felgueroso, en línea con las protestas de los constructores y promotores de pisos.

La clientela inicial de esta empresa era la industria, centrándose, por tanto, en la instalación de placas solares en tejados de naves empresariales. Sin embargo, los encargos para dotar de sistemas fotovoltaicos de autoconsumo a viviendas es cada vez más relevante, tanto por motivos económicos como medioambientales. Aunque todo depende de las necesidades de cada propietario, para lo que Díaz y Cueto-Felgueroso realizan un estudio inicial, una instalación solar puede rondar los cinco mil euros. En su mayor parte se están colocando en chalés y en residencias unifamiliares. “En edificios de vecinos es más complicado, ya que, entre otras cuestiones, resulta necesario poner de acuerdo a toda la comunidad”, señala Díaz.

“El precio de una instalación solar es menor a lo que cuesta una piscina y se asemeja más al de esos robots que siegan solos las fincas”, añade Cueto -Felgueroso, quien incide en la importancia de que las placas “se amortizan en apenas cinco años y dan energía para veinticinco”. Otro aspecto a tener en cuenta y que entiende que va a suponer un empujón definitivo para este tipo de energías alternativas son las sustanciosas subvenciones que se van a conceder en breve para fomentar su implantación. Para los ayuntamientos esas ayudas llegarán al 70 por ciento de la inversión, por lo que no es extraño que cada vez haya un mayor número de administraciones municipales de la región que hayan mostrado interés en las placas. Por ejemplo, para dotar de energía a instalaciones como piscinas cubiertas o polideportivos.

Según detallan los jóvenes empresarios gijoneses, aunque uno tenga instalados paneles solares en su residencia o en su negocio debe seguir enganchado a la electricidad para la noche. Sin embargo, se trata del momento en el que los precios son más baratos y, además, también existe la posibilidad de contar con baterías para almacenar parte de lo que se genera. Por lo que refiere a la factura, los responsables de ASP Energía señalan que por la potencia contratada siempre se paga lo mismo, luego están los impuestos y como tercer elemento la energía, que es lo más caro y en lo que se puede minimizar el gasto gracias a los paneles.

“Estamos notando un cambio de mentalidad en la gente, que cada vez se preocupa más por ahorrar y se da cuenta que el clima de Asturias no es óbice para poder lograr un autoconsumo energético con paneles, como prueba algunos de los proyectos a gran escala que está previsto llevar a cabo por importantes compañías del sector”, destaca Cueto-Felgueroso, convencido de que la energía solar irá “a más” en la región.

Compartir el artículo

stats