La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pablo González y Alberto López-Asenjo: la difícil cohabitación del PP gijonés

El portavoz municipal, distanciado de la dirección, ningunea a la junta local y elude actos conjuntos | Parte de la militancia pide su relevo

Pablo González, a la izquierda, conversando con Alberto López-Asenjo en un acto del partido en 2019. Juan Plaza

Convertir al partido en un instrumento para potenciar la labor del grupo municipal fue uno de los objetivos que se marcó el presidente del PP de Gijón, Pablo González, al tomar posesión del cargo el pasado 30 de marzo en una reunión de la junta local en la que pidió a los tres concejales una oposición más contundente y en la que se constituyó una comisión paritaria integrada por tres representantes de esa junta local y los ediles. Que el partido marcara el compás al grupo que lleva sus siglas en el Ayuntamiento era la intención y, según explicó el flamante líder, la obligación estatutaria. La realidad, cinco meses después, es que el portavoz municipal, Alberto López-Asenjo, no asiste a las reuniones de ese órgano y que es él personalmente quien lleva la batuta en el grupo municipal que encabeza, con decisiones que en ocasiones han contravenido directrices expresas de la junta local y de la comisión paritaria designada por aquella.

El verso suelto en el que se ha convertido López-Asenjo en el PP gijonés –sin un grupo de fieles entre la militancia– se ha visto reflejado en su distanciamiento del aparato del partido en actos públicos, como en la inauguración de la Feria de Muestras el pasado agosto, a la que llegó solo mientras otros miembros del grupo municipal acompañaban a la dirección del partido, o que en la visita oficial del PP de Asturias al certamen, días después, sólo estuviera unos minutos a la comitiva liderada por Teresa Mallada, abandonándola por otro compromiso. En las concentraciones en la plaza Mayor en apoyo al pueblo cubano y en repulsa al acto machista en la ciudad también se pudo ver a las concejalas Ángela Pumariega y Ángeles Fernández-Ahúja junto a los cargos orgánicos del partido, mientras López-Asenjo optaba por otras compañías.

Pero la complicada cohabitación entre las dos cabezas visibles del PP en Gijón no sólo trasluce en la distancia física en los actos públicos. La divergencia también se constata en las decisiones y en el ninguneo del líder del grupo municipal al máximo órgano del partido en la ciudad. Además de no aparecer por la comisión paritaria para coordinar al partido y al grupo, López–Asenjo tampoco acudió a la última reunión de la junta local, la primera presencial que se hacía en muchos meses, que se celebró en la Antigua Escuela de Comercio.

En ese encuentro, celebrado el pasado 5 de julio, la junta local acordó decidió que el grupo municipal del PP no presentara iniciativas conjuntas con otros partidos sin que previamente lo aprobaran la comisión paritaria o la junta local. Tres semanas después, el 24 de julio, López–Asenjo anunciaba junto a los portavoces municipales de Foro Asturias y de Vox una iniciativa conjunta sobre la ITV de Granda que luego se votó en el pleno de agosto. No es la única ocasión en la que el portavoz ha optado por seguir un rumbo distinto al marcado por el partido, mientras las otras dos concejalas que se sientan junto a él en el pleno evitaban escenificar una división.

La actuación por libre del portavoz municipal ha llevado a que en algunos sectores del partido se abogue por su destitución, en vez de dejar macerar la situación, en la que mientras afiliados participan en los grupos de trabajo del partido sobre las políticas municipales y de ciudad, el portavoz en el Ayuntamiento no acude a la comisión constituida para decidir las propuestas del PP en el Ayuntamiento. Por su parte, López-Asenjo consultó con la secretaria del Consistorio sobre su autonomía como portavoz municipal para reforzar así su actuación independiente del partido. No es la única petición en el marco de la guerra abierta con Pablo González, ya que López-Asenjo también ha interpelado a la intervención sobre los gastos del grupo municipal cuando su líder era Pablo González, en el anterior mandato.

El distanciamiento sin tapujos entre el portavoz municipal y la dirección del partido está tensando unas siglas que ya vivieron no hace mucho un conflicto que acabó con el descabezamiento del anterior presidente local del PP, Mariano Marín. Aquella fue una batalla puramente interna. Ahora el pulso se libra en las instituciones.

Compartir el artículo

stats