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Fallece un hombre de un infarto al entrar a misa en la Soledad de Cimadevilla

El gijonés José Manuel Alonso Acevedo, de 60 años, jugó en el filial del Sporting y vivía en Lalín

Policías y sanitarios, ante la capilla de la Soledad. | Marcos León

Cimadevilla pasó ayer de la fiesta al luto en apenas una hora. Ese fue el tiempo que tardó en confirmarse el fallecimiento de José Manuel Alonso Acevedo, un gijonés de 60 años afincado en Lalín (Pontevedra) desde hace tiempo, que se desplomó víctima de lo que parece un infarto cuando entraba a la capilla de la Soledad del barrio muy poco antes de las once de la mañana y cuando ya estaba todo listo para el inicio de la solemne función religiosa. Los servicios sanitarios trataron de reanimar al hombre, conocido en los ambientes futbolísticos por haber militado en el filial del Sporting y en el Avilés, pero no pudieron salvarle la vida.

El fallecido.

El fallecido.

Testigos presenciales aseguran que el fallecido, de vacaciones en la ciudad, entraba en la capilla acompañado de su pareja cuando cayó fulminado, propinándose un fuerte golpe en la cabeza al impactar contra el suelo. En vista de la situación, y de la conmoción en que se encontraban los fieles que ya estaban en el templo, que se volcaron en consolar a la acompañante del finado, el sacerdote encargado de la ceremonia y párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta, decidió la suspensión de la misa. “Estas cosas, cuando las vives en directo, te dejan mal y lo mejor es que la gente se vaya a su casa”, reconoció, apenado. Como consecuencia del luctuoso suceso, también quedaron cancelados los conciertos musicales del festival “Al Resve” que estaban previstos para la plaza de Jovellanos con motivo de las fiestas del barrio alto de la ciudad.

Nacido en La Caridad, José Manuel Alonso Acevedo se trasladó junto a su familia a Gijón, concretamente al barrio de El Llano, siendo un niño de corta edad. En la ciudad creció y, conocido como Acevedo, despuntó como jugador de fútbol, hasta el punto de que fue reclutado por el filial del Sporting de Gijón, entrenado entonces por Novoa. Después, se incorporó al Avilés y de ahí pasó al Lalín, equipo del que fue futbolista y entrenador y en el que dejó un gratísimo recuerdo. En tierras gallegas echó raíces, aunque nunca dejó de acudir a Gijón al menos una vez al año. Ayer, perdió la vida cuando rendía su habitual visita a la capilla de la Soledad. El suceso ha conmocionado a todo el barrio.

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