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Los dos jóvenes encarcelados por una violación múltiple en Gijón vuelven a Portugal

La Audiencia argumenta en su puesta en libertad que el arraigo familiar, personal, laboral y social de los investigados elimina el riesgo de fuga

Un vehículo de la Policía Nacional, junto al piso de la calle Pedro Duro donde se detuvo a los jóvenes. | Marcos León

El carecer de antecedentes penales, practicar una actividad laboral retribuida y tener un domicilio conocido en compañía de sus padres han sido los motivos que han pesado en el tribunal de la Audiencia Provincial para conceder la libertad bajo fianza a los dos jóvenes portugueses encarcelados desde finales de julio investigados por un presunto delito de agresión sexual cometido contra dos jóvenes en una pensión del barrio del Carmen. Los jueces, que entienden que ese arraigo familiar, personal, laboral y social elimina el riesgo de fuga, y es por ello que los dos chicos, tal y como avanzó ayer LA NUEVA ESPAÑA, abandonaron ayer el Centro Penitenciario de Asturias, tras abonar el jueves por la tarde los 5.000 euros cada uno, y pusieron rumbo a Braga, Portugal, en compañía de sus familias a la espera de que la instrucción judicial de este caso avance.

Las gestiones para acelerar su salida el jueves, tras conocer el auto de la Audiencia, no sirvieron para evitar una última noche en prisión a los dos jóvenes, que continúan vinculados a la causa en calidad de investigados, igual que sus otros dos amigos que no llegaron a entrar en la cárcel. Las transferencias por la fianza se llevaron a cabo, pero hacía falta que entregasen su pasaporte y, además, que se dieran por enterados de las medidas cautelares impuestas, como la de no salir de la península (la Audiencia, a pesar de que los acusados no son españoles, sí advierte que son ciudadanos comunitarios al pertenecer Portugal a la Unión Europea) o no poder acercarse a menos de 300 metros de las dos jóvenes denunciantes de una agresión sexual.

El mismo jueves, los familiares de los jóvenes (todos los investigados tienen menos de 30 años) juntaron el dinero para abonar las fianzas. Ayer por la mañana, ya estaban desde las diez, aproximadamente, en compañía del abogado defensor, Germán Inclán. Los jóvenes ya habían recogido todas sus pertenencias y recogido el auto de libertad sobre la una del mediodía. No obstante, no fue hasta las 17.15 horas cuando lograron salir y reunirse con sus familiares para poner rumbo a Portugal tras cumplir casi dos meses de cárcel. El día 26 de julio fue cuando se decretó su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza por la presunta comisión de los delitos de agresión y abuso sexual.

Los hechos en cuestión tuvieron lugar en la madrugada del 24 de julio, después de que dos jóvenes, de 22 y 23 años respectivamente, alertasen a la Policía porque supuestamente habían sido víctimas de una agresión sexual por parte de estos cuatro jóvenes en una pensión de la calle Carmen. Luego, los agentes hallaron a los cuatro denunciados en un piso de la calle Pedro Duro y acabaron detenidos. Dio comienzo entonces una exhaustiva investigación, ya el sábado por la mañana, con la recogida de pruebas, vestigios y restos biológicos tanto en el piso donde estaban alojados de los chicos, como donde supuestamente se produjo la agresión sexual.

Los jóvenes portugueses explicaron que se habían conocido a las chicas a la salida de una discoteca, pero en todo momento negaron que las forzasen a mantener relaciones sexuales con ellas. En cambio, ellas sí ratificaron (y les reconocieron en el Juzgado como los responsables) su versión de que habían sido agredidas sexualmente. Al tiempo que la instrucción echaba a andar, fueron muchas las personas que se movilizaron, especialmente en Gijón, para denunciar este posible caso de violencia machista. Ahora, los cuatro investigados han recuperado su libertad a la espera de que concluya la instrucción.

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