Hubo un par de intentos antes de dos niños, los primeros de la cola, que salieron con un punto de resignación. “No se ve nada”, lamentaron. Atento, Marc Buie, científico de la “Misión Lucy” de la NASA, acudió para calibrar y explicar cómo se debía utilizar uno de los 22 telescopios que hoy serán la herramienta de trabajo en la explanada de la Escuela de Marina, en una observación astronómica única, que ha tenido Asturias como punto elegido para una ocultación que tiene el objetivo de recabar información de cara a la primera misión espacial en estudiar los asteroides troyanos asociados con Júpiter.

A media tarde, en el Náutico, un goteo constante de curiosos se acercó a escuchar durante casi una hora las explicaciones de Buie sobre este proyecto, y a renglón seguido, observar por telescopio una casa situada en la zona de El Rinconín. Fue Ruth Sáez, de nueve años, una de las que confirmó su vocación científica. “Es un telescopio mucho mejor del que tengo en casa. Es un mundo interesante, con mucho por descubrir”, indicó antes de añadir que “me gustaría estudiar algo así de mayor”.

Marc Buie, segundo por la derecha, da una explicación a los asistentes a su encuentro de ayer en el Náutico. | P. A.

Marc Buie, acompañado de Javier de Cos, director del Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (ICTEA), explicó la importancia de este trabajo. “Se formarán equipos de cuatro personas, habrá tres noches de entrenamiento y se desplegarán 22 telescopios. Se tienen medio segundo para capturarlo”, explicó el científico americano. Poco a poco, jóvenes y adultos, se fueron quitando el miedo a preguntar sus inquietudes. Fluyó la conversación. “¿Qué pasa si algo sale mal? ¿Cuándo vuelve a pasar el próximo asteroide para observar?” le preguntaron a Buie. “El año pasado hubo una ocultación con unos 15 telescopios y solo uno fue capaz de cogerlo”, respondió. “Hay segundos, que es lo que dura el paso, pero habrá más ocultaciones, en las que intentaremos observar otros satélites”, añadió.

Al acabar el encuentro con el público gijonés, Marc Buie, en conversación con LA NUEVA ESPAÑA trasladó un mensaje muy optimista de cara a este proyecto: “Mis expectativas son muy altas. Si el tiempo es perfecto, si todos los equipos trabajan perfectamente, espero conseguir la suficiente información como para que no haga falta ningún evento más para asteroide Polymele”. E incluso fue más allá: “Salvo que encontremos una información inesperada, que lo cambie todo, y que haga que entonces Polymele sea más interesante aún, y en consecuencia tengamos que hacer más ocultaciones”.

En la Escuela de Marina se trabajará hoy por primera vez con los equipos. Si se mantiene la previsión de nubes, mañana el equipo se desplazará a León para poder asegurar la obtención de datos. “Si hay nubes corremos el riesgo de que no veremos y es perder el tiempo”, detalló Buie.

“Mis expectativas son muy altas”, dice el experto antes de iniciar los trabajos

Asturias ha sido elegida para formar parte del trabajo previo a la decimotercera misión del Programa Discovery de la NASA, que será la primera misión espacial en estudiar los asteroides troyanos asociados con Júpiter que, como cápsulas de tiempo desde el nacimiento de nuestro sistema solar hace cuatro mil millones de años, se cree que son restos del material primordial que formó los planetas exteriores, por lo que se pueden obtener pistas vitales para ahondar en los orígenes del material orgánico en el planeta Tierra.

“A todo el mundo le apasionan los telescopios, y los grandes mucho más. La gente tiene mucha curiosidad por saber del mundo, del sistema solar y del universo”, explicó en referencia a la expectación que ha despertado su presencia en Asturias.

¿Y cuándo se podrá viajar a otros planetas? “Cuando aterrizamos en la luna, pensé que en diez años estaríamos en Marte, y aquí seguimos”, relata antes de añadir con una sonrisa su propia: “Es cosa todo de ‘Hollywood’, hemos idealizado el espacio con sus películas, nos ha quitado casi esa curiosidad”.