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Los perros reconquistan la arena

Mascotas y dueños vuelven a las principales playas tras la temporada de baños: “Lo echan mucho de menos”

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Los perros vuelven a las playas gijonesas tras la temporada de baños Marcos León

“A las doce de la noche y un minuto, ya bajó medio Gijón. La playa es un lujo para los que tenemos perro”. Ángeles Fernández Álvarez, vecina del Náutico, explicaba ayer de este modo el tiempo que tardaron los perros y sus propietarios en adueñarse de la playa de San Lorenzo tras la conclusión de la temporada de baños el 30 de septiembre. Tras la temporada estival, ayer, por fin, se volvió a permitir pasear a animales por la playa de San Lorenzo para alborozo de los cánidos.

“Están encantados porque aquí tienen pandilla y hacen nuevos amigos. A veces nos juntamos 14 o 15 dueños porque nuestros perros se conocen y juegan juntos”, añade Ángeles Fernández tras grabar con su teléfono móvil a la juguetona “Abril”, cruce de bichón maltés y shit-zu, mientras profundiza con sus zarpas un agujero en la arena. La reapertura de la playa ayer no sólo es un momento de reencuentro para los cuadrúpedos sino también para sus dueños.

Rogelio Serrano con “Quico” y “Pepa”, y María José Estévez con “Epi”. | Marcos León

Volver a la arena para ella es un regalo después de meses en los que se ha tenido que conformar con trotar por el Cerro de Santa Catalina, por el reducido pedregal de la playa de El Rinconín o pasear por Gijón atada con correa. Un tiempo en el que la mascota “se acostumbra a todo”. “Aunque pide bajar a la playa, cuando la sacaba de casa”, señala la vecina de El Náutico.

Buena parte de los usuarios que llevan a sus mascotas a las playas son vecinos del entorno. En el caso de la de San Lorenzo, del centro y de La Arena, pero no sólo. También acuden desde zonas más alejadas de Gijón e incluso de otros concejos. Los momentos de mayor afluencia, poco después del mediodía, antes de la hora de comer, y luego a partir de las siete de la tarde, con algunos dueños que también acuden con sus fieles compañeros a la playa en horario nocturno.

La playa “es mucho mejor para ellos, les gusta mucho más que cualquier otra cosa, sobre todo por la arena, también el agua y el espacio más abierto”, explica la vecina de Somió Beatriz Alegría, quien junto a Isabel Alegría volvió ayer a la playa de San Lorenzo con sus mascotas “Duque”, un dálmata, y “Sora”, un golden retriever. Ambas resaltan que la alternativa que tuvieron durante el verano, la playa de El Rinconín, en la escalera 24 –única en la que el Ayuntamiento permitía perros– es pequeña y de piedras, cuando lo que les gusta a sus compañeros peludos es “la arena y correr en un espacio amplio y además hay muchos perros, con lo que socializan más”.

A media tarde de ayer, cuando comenzaban a llover chuzos, Isabel y Beatriz optaron por buscar cobijo para ellas y sus mascotas tras haber pasado un buen tiempo en el arenal. La lluvia no disuadió a todos. A la par que ellas se iban, otros llegaban, como Sonia Escobar con “Gastón”, un cruce de setter inglés, que se lanzaba a la arena. “Es muy bueno para ellos y para nosotros poder volver a la playa. Es una felicidad que estábamos esperando como agua de mayo”, señala Escobar, vecina del barrio de La Arena, mientras se encamina junto a su mascota hacia la zona de la playa donde a esa hora aún correteaba un grupo de canes. Ayer, el primer día de playa para ellos, bien les merecía la mojadura a sus dueños.

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