Dos técnicos de la Consejería de Educación visitaron ayer el Instituto de Educación Secundaria (IES) El Piles para analizar las causas por las que el pasado jueves, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA, se produjo una caída de cascotes desde una parte de la cornisa. Su diagnóstico es que el suceso se produjo por un proceso de oxidación. En consecuencia, el departamento que dirige Lydia Espina ha contratado la reparación de la zona afectada. Según fuentes de la consejería, las obras se llevarán a cabo la próxima semana, probablemente el miércoles o el jueves.
De forma paralela, Educación ha encargado, también para la próxima semana, una revisión del resto del tejado para comprobar si es necesario realizar alguna intervención más en caso de que se detecten riesgos.
El desprendimiento de cascotes sobresaltó a la comunidad educativa del centro de las inmediaciones de El Molinón el jueves por la mañana, aunque, por fortuna, el suceso no originó daños personales. Tres alumnas estaban en la zona en la que se produjo la caída de parte de la cornisa en ese mismo momento. Una de ellas recibió un leve impacto de refilón, aunque sin ningún tipo de consecuencias físicas. Todo quedó en un susto.
Nada más tener conocimiento del incidente, la dirección del centro ordenó que se acordonara todo el ámbito afectado, para evitar el paso de alumnos y profesores ante el riesgo de que se produjesen más caídas de cascotes. Además, los responsables del centro educativo de la calle Doctor Fleming sacaron diversas fotografías de la zona y de la cornisa en la que se originó el incidente, dando aviso a la Consejería de lo sucedido. Educación, cumpliendo el compromiso adquirido el mismo jueves con la dirección del IES, ha reaccionado con rapidez y en apenas 24 horas ya tenía contratadas las obras de reparación de la parte del tejado afectada. Algunos padres y madres de alumnos, tras tener conocimiento de lo que había ocurrido con los cascotes, reclamaron a la administración autonómica que lleve a cabo actuaciones de mantenimiento en el centro. Se trata de algo que depende del análisis complementario que se va a efectuar en los próximos días para garantizar la máxima seguridad en un centro educativo que cuenta con unos 700 alumnos matriculados.
