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Verónica Pascual Boé Experta en robótica y responsable de ASTI Mobile Robotics, imparte hoy una ponencia en la Politécnica de Gijón

“La tecnología ha venido a ayudar a las personas, no a sustituirlas”

“La exclusión de género en el sector es un problema global; las niñas aprenden desde Primaria que hay oficios propios de chicos”

Verónica Pascual

La empresaria Verónica Pascual, referente en el sector de la robótica en el país y al frente de la empresa ASTI Mobile Robotics, impartirá hoy al mediodía una charla en la Politécnica bajo el título “El futuro de la robótica móvil”. La experta tratará de animar al alumnado a adentrarse en un sector que, a su juicio, valorará cada vez más la capacidad de empatía y trabajo en equipo, cualidades que una máquina no puede aprender.

–¿Puede resumir la historia de ASTI Mobile Robotics?

–Es una compañía fundada en Burgos en 1982 por Ángel Pascual y Colette Boé. Desde sus inicios, nuestra misión ha sido y es ayudar a sus clientes a ser más competitivos. En la última década, hemos multiplicado por 13 la facturación y por 8 el equipo humano, diseñando, desarrollando, fabricando, implementando y dando soporte posventa de sistemas de vehículos de guiado automático. Tenemos el porfolio más completo del mercado y somos líderes en Europa.

¿La demanda de empleo del sector está suplida o falta personal cualificado?

–Necesitamos anticiparnos a la demanda. La transformación digital requiere de perfiles como analistas de datos, especialistas en inteligencia artificial y “machine learning” o expertos en “big data”, entre otros. Pero no podemos olvidar que esos perfiles se han de hibridar con las que se denominan “soft skills”, como la innovación, la creatividad, el trabajo en equipo, el pensamiento analítico… Capacidades que, precisamente, no puede desarrollar un robot y sí un humano.

–La Politécnica de Gijón ya imparte el grado en Ingeniería de Electrónica Industrial y Automática y, a partir del curso que viene, implantará el máster en Ingeniería Industrial. ¿Son perfiles adecuados?

–Sin duda, muy recomendables. Colaboramos activamente con la Politécnica de Gijón para la captación de talento que sale de sus aulas a través del programa “ASTI College” y esos perfiles son algunos de los que nosotros hemos demandado y seguiremos demandando. Por eso, el trabajo y la relación continua con las instituciones académicas es fundamental.

–Siempre se ha dicho que la ingeniería y la informática adolece todavía de una cierta exclusión por género.

–Es un problema global y muy preocupante porque supone una pérdida inestimable de talento diverso. La primera variable del problema son los roles de género y los estereotipos asociados a las profesiones. Desde Primaria, las niñas perciben ciertas profesiones como propias de chicos y, en Secundaria, observamos tres factores que son determinantes: la falta de referentes femeninos y tecnológicos para las alumnas, la falta de conocimiento de las alumnas de los nuevos perfiles STEM y un enfoque muy teórico de la enseñanza de estos perfiles, sin acceso práctico a las tecnologías emergentes y su impacto social en la transformación de la sociedad. Todos estos factores provocan que el número de alumnas que eligen un grado universitario tecnológico sea muy bajo, por debajo del 12 por ciento.

–Impartirá en Gijón una conferencia titulada “El futuro de la robótica móvil”. ¿Cómo se antoja ese futuro?

–Es un futuro lleno de oportunidades. La pandemia ha acelerado todas las tendencias que se veían ya llegar y estaban comenzando a ser implantadas. En 2024 se calcula que se alcanzarán las 500.000 unidades robóticas instaladas al año en todo el mundo.

–El sector suele decir que el auge de la robótica no pone en peligro el empleo. ¿Se potencian?

–La tecnología ha venido para ayudar a las personas, pero sin ellas no hay avance en ninguno de los casos. Y en lo que nunca una máquina podrá igualar a una persona es en sus emociones, en su empatía, en su reacción ante las cosas. Precisamente, cuando sabemos que las máquinas y robots son cada vez más capaces de hacer trabajos repetitivos, más valor tienen todos los trabajos y acciones de las personas.

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