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El padre Chus estaba acompañado de “varios jóvenes” cuando fue detenido

La Policía atribuye al excura, que pasará este fin de semana ante la jueza, un delito de corrupción de menores y otro de tráfico de drogas | “Siempre ha ayudado a gente con problemas, que lo necesitaba; si esos problemas le han salpicado a él puede ser un error”, dice la familia

El Padre Chus, a la puerta del Palacio de Justicia, durante una citación en 2014 Ángel González

Las denuncias vecinales y las quejas de padres afectados motivaron que la Policía Nacional pusiese en marcha una exhaustiva investigación, todavía en marcha y bajo secreto de sumario, que desembocó en la detención en la tarde del pasado jueves, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA, de Jesús María Menéndez Suárez, conocido popularmente como el padre Chus, por los delitos de tráfico de drogas y de corrupción de menores que presuntamente perpetraba en su domicilio de la céntrica calle Donato Argüelles. Los rumores planeaban desde hace años sobre este hombre, que en 2015 fue expulsado del estado clerical por el Papa Francisco, a pesar de salir absuelto de un delito de abuso sexual a menores de edad, y que ahora espera en los calabozos a pasar a disposición judicial este fin de semana. El exsacerdote, que se encontraba acompañado por “una decena de jóvenes” en el momento del arresto, según sus vecinos, es el único detenido en el operativo, pero como ya ocurrió entonces son varias las voces que le arropan. “Siempre ha ayudado a personas desfavorecidas, acogiendo y ayudando a gente con problemas si lo necesitaban; si esos problemas le han salpicado a él puede ser un error, soy optimista, porque mi hermano nunca ha fumado absolutamente nada”, compartió ayer su hermano en conversación con este periódico.

Las diligencias policiales, en las que han intervenido varios grupos de la comisaría de El Natahoyo, además del equipo de Estupefacientes, siguen su curso para tratar de elaborar un atestado sólido que presentar ante el Juzgado de Guardia. Los rumores, quejas y denuncias sobre la presencia habitual de personas jóvenes, adolescentes y algún que otro menor de edad, que día tras día acudían a la vivienda del padre Chus pusieron en marcha toda la maquinaria de los agentes hasta que el juzgado autorizó la entrada y registro en las viviendas que posee por herencia familiar este hombre. Según los vecinos, quienes más han alzado la voz en los últimos años, ese trasiego de gente era constante, al igual que el “fuerte olor a marihuana” que salía de uno de los pisos y que en ocasiones impregnaba hasta el ascensor comunitario. “Era habitual ver a muchos chicos en el portal, comentando ‘sube tú que le gustas más y seguro que nos da marihuana de la buena’”, asegura una de las vecinas que escuchó esta conversación en el portal a dos adolescentes.

Las redes sociales, en especial las de los adolescentes, echaron humo ayer a raíz de la noticia del arresto del padre Chus, del que nada se ha demostrado a día de hoy por un tribunal. Pese a todo, son muchos los comentarios que circulaban por internet y de móvil en móvil entre los jóvenes. “Lo está hablando todo el mundo porque era muy conocido. Si eras chica no te dejaba subir a su casa, pero si eras chico y necesitabas dinero te daba 10 o 15 euros por un rato con él. Algunos salían con 50 euros si accedían a ir a hablar del salón a la habitación”, relata una joven conocedora del trasiego en el piso.

En esa línea también iban muchos de los mensajes que con frecuencia aparecían en las zonas comunes, como el ascensor, con mensajes obscenos y acusaciones sobre la práctica de actos sexuales con menores. “Aparecía, eso y algunos daños en el mobiliario, pero rápidamente se encargaba alguien de borrarlo”, detalla una de las vecinas que más tiempo lleva en el inmueble. “Aquí ya vivían sus padres, de toda la vida, y luego cuando murieron y le echaron de la Iglesia ya empezó a vivir aquí, siempre con más gente”, añade.

La variación de inquilinos era habitual. “No siempre estaban los mismos”, señalan. No obstante, precisamente uno de esos inquilinos restó ayer importancia a los comentarios contra el padre Chus. “Los vecinos hablan mucho”, se limitó a explicar uno los que más tiempo lleva al lado del sacerdote. En su primer arresto, el padre Chus salió absuelto. El mismo reconoció que ofrecía dinero a personas con problemas, pero nunca a cambio de otra prestación. Mucho menos de sexo o drogas. Es más, tampoco se aportaron pruebas más allá de los rumores que desde hace años rodean al exreligioso, que vuelve a estar señalado por tráfico de drogas y corrupción de menores.

Calle Donato Argüelles, donde fue detenido el padre Chus. Marcos León

“Espero que ahora llegue la justicia que no tuvieron mis hijos”, comparte una madre que perdió el juicio por abusos contra el exsacerdote en 2016

“Espero que ahora llegue la justicia que no tuvieron mis hijos”. Esta es la reflexión de Mariana Sánchez, una vecina del barrio de El Llano que denunció a Jesús María Menéndez por un presunto delito de abuso sexual cometido contra sus hijos, gemelos, y cuando ellos eran menores de edad. Fue aquel un caso polémico del que el exsacerdote gijonés salió absuelto en 2016, pero que, sumado a la investigación que llevó a cabo la Iglesia de forma interna, a través del Arzobispado de Oviedo, motivó su expulsión inmediata del estado clerical por decisión “irrevocable e inapelable” del Papa Francisco.

Los rumores sobre estas prácticas empañaron la trayectoria del padre Chus, que a pesar de todo contó con muchas voces que salieron en su defensa cuando se pusieron en marcha los procesos judiciales y los de la Congregación para la Doctrina de la Fe desde el Vaticano. “El papa Francisco no toma una decisión así a humo de pajas y simplemente porque le haya llegado un rumor. El Papa Francisco, que no es sospechoso en este tema, ha dicho que ‘tolerancia cero’ ante estos casos”, pronunció el arzobispo, Jesús Sanz Montes en junio de 2015, poco después de salir a la opinión pública estas sospechas. Es más, el religioso llegó a confesar que había visto “a esos chicos y a esas madres”. “Y sé lo ahí se ha dado”, dijo.

En estos años, los rumores se han mantenido, con mayor o menor intensidad. “Pensé que había parado y no. Está visto que sigue haciendo daño a los niños. Los míos siguen con ayuda psicológica”, desvela Mariana Sánchez.

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