A la ampliación de zonas verdes y eliminación de torres que el Ayuntamiento quiere incorporar al diseño urbano de la zona del plan de vías no será ajeno ningún barrio de la ciudad. Pero si hay alguno donde el impacto es más que importante es en el céntrico y simbólico barrio del Carmen. Esa propuesta de verdificación e incremento de los itinerarios peatonales de la denominada APU-1A (área pendiente de urbanización) se hace en base a un reajuste de la sección viaria de las calles Mariano Moré, Carmen y plaza de la estación de Langreo.
Así la sección destinada al tráfico rodado de doble sentido pasa a ser una sección de sentido único al entender los técnicos municipales que es más adecuado por las características del barrio y que ello no conlleva ninguna pérdida sustancial de conexiones para la ciudad. Ese protagonismo como elemento de larga conexión urbana le corresponde a Sanz Crespo que penetraría hasta la calle Álvarez Garaya, algo que no se preveía en el plan especial actual.
El resto de ese espacio fronterizo entre el actual “solarón” –nombre coloquial que reciben los jardines del Tren de la Libertad–se convierte en una red peatonal que da servicio al barrio del Carmen y al espacio que se reserva para impulsar un equipamiento entre las calles Mariano Moré, Numa Guilhou y la plaza de la Estación de Langreo. El reto es, explican los técnicos municipales, potenciar “la relación directa de ese equipamiento con el área urbanizada libre y verde de la APU-1A sin impedir el acceso rodado restringido que se precise”. No hay que olvidar que es una zona con cada vez más usos hosteleros, comerciales y hoteleros; además de contar con otros servicios para vecinos y turistas.
El reto fundamental de estos ajustes en el viario es ampliar la zona verde que ahora mismo está cuantificada en 8.729 metros cuadrados para que pasen a ser 13.729. Eso, sumado a los espacios libres ya previstos, alcanzaría el total de 23.600 metros cuadrados.
Los responsables municipales de esta intervención aseguran que estos ajustes no tienen que suponer ningún retraso en la tramitación de un proyecto de urbanización que todavía está pendiente de su aprobación definitiva. Los ajustes se podrían acometer a partir de la estimación parcial de alguna de las alegaciones que planteaban dar un destino verde al ámbito. Hay que recordar que se ha organizado una plataforma “Un pulmón pal Solarón” que reivindica que el espacio actual se quede como está. Sin dar espacio a ninguna edificación.
Sanz Crespo llega hasta Álvarez Garaya como eje de conexión urbana esencial en el ámbito
Esa estimación parcial de las alegaciones permitiría incrementar las zonas consideradas espacio libre y verde del ámbito sin afectar a las previsiones urbanísticas del plan especial y el estudio de detalle y, por tanto, sin suponer una tramitación de modificaciones de planeamiento que alargarían los plazos de puesta en el mercado de las parcelas edificables.
Y es que ese es otro de los objetivos de la nueva propuesta municipal: facilitar la comercialización de ese suelo como una fuente de ingresos para “Gijón al Norte”, la sociedad encargada de gestionar esos suelos y que ya cosechó un rotundo fracaso en su intento de vender el terreno a los constructores. Nadie se presentó a la subasta.
La idea es dividir los dos lotes actuales en, por lo menos, cuatro para que aumenten la concurrencia al ofrecer una opción de menor envergadura económica y más realista en cuanto al tamaño medio de las constructoras de Asturias. Y que uno de esos sublotes se comercialice sin la prevista, y ahora eliminada, torre de veinte plantas. Otro elemento a tener en cuenta es que la comercialización debe especificar la obligación de incorporar esa cubierta acristalada que comparten todos los edificios del proyecto. La cubierta acristalada es una imposición que aparece en la ficha del Plan General.
