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Los asturianos de EE UU reviven en Gijón

La muestra “Emigrantes invisibles” recupera la desconocida historia de los españoles que viajaron en pos del sueño americano

La muestra ayer por la mañana. | Ángel González

Todo empezó con una foto antigua. La encontró Luis Argeo, periodista y cineasta asturiano, en su desván. Allí estaba su abuelo Luis, con unos amigos de Piedras Blancas, y la dedicatoria estaba datada en Missouri. Y Argeo pensó en cuánta historia guardaba esa foto. Y en cuántas fotos estarían guardando historias por los desvanes.

Luis Argeo y James D. Fernández, profesor en la Universidad de Nueva York, son los comisarios de la muestra “Emigrantes Invisibles. Españoles en Estados Unidos (1868-1945)”. Una colección con más de 300 fotografías, documentos y otros objetos procedentes de álbumes familiares que narra una historia poco conocida de la migración española. Se estrenó en Madrid, con más de 20.000 visitantes. A través de un acuerdo entre la Fundación Consejo España-Estados Unidos y la Fundación Municipal de Cultura de Gijón, se expone ahora en el Antiguo Instituto hasta el 6 de febrero. Además, se completa con el pase de la película “Empatía” (Luis Argeo y James D. Fernández, con la producción de White Stone Ridge y Fundación Consejo España) en el Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX). Empieza el recorrido. La muestra está dividida en seis capítulos: el adiós, la llegada y búsqueda de oportunidades laborales, el ocio, las romerías, la solidaridad y la asimilación en la sociedad estadounidense. Cada capítulo se presenta con una ilustración del dibujante Alfonso Zapico, natural de Blimea y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA.

Luis Argeo y James D. Fernández, en el Antiguo Instituto. | Ángel González

El adiós, lo más duro. Imágenes de niños con maletas robustas, manos que parecen agitarse desde los barcos. Imágenes que, considera la alcaldesa de Gijón, Ana González, resultan muy familiares a los asturianos: “La migración forma parte de nuestra historia y también, por fortuna, de nuestra memoria”, afirmó durante su intervención en el acto inaugural. Añadió que se trata de “una magnífica exposición” que muestra “su sacrificio, sus venturas y desventuras, sus éxitos y sus fracasos”. “Son raíces que se arrancan y vuelven a arraigarse”, concluyó.

Piezas expuestas en cajas de latón.

La llegada y búsqueda de oportunidades es el capítulo que trata los momentos primeros. Esos que siempre son difíciles: “Al fin y al cabo, estas fotos se guardaron por la añoranza de la familia que no estaba”, señala Argeo. Afortunadamente para todos y gracias al trabajo de más de una década de los comisarios: en la muestra se exponen 300 fotografías, de las que 125 son originales (el resto han sido digitalizadas).

“Esta exposición nos ha permitido reunir y exhibir juntas las pequeñas teselas que vamos encontrando desperdigadas, para empezar a recomponer el gran mosaico colectivo de la emigración de españoles a Estados Unidos”, apuntó James D. Fernández, de padres españoles y nacido en Nueva York. Unos padres que, como todos los emigrantes, buscaban un futuro mejor para la familia. La ropa de trabajo se repite en imágenes con distintos escenarios: en las minas de West Virginia, en las factorías del Rust Belt, en las fábricas de tabaco de Tampa.

Un visitante fotografía la muestra. | Ángel González

No todo era trabajo en aquellos tiempos en los que emigrar no entendía de “smartphones” ni de videollamadas. La exposición muestra a grupos de españoles en zonas verdes y festejando romerías allende los mares. “Con la nostalgia propia del emigrante, la comunidad española recibía fraternalmente al recién llegado y mantenía vivo el recuerdo del país con celebraciones, romerías y encuentros”, destacan desde la organización, que dirige María Luque. La muestra llegará a Estados Unidos.

En el “photocall”, por la izquierda: Argeo, Miguel Barrero, Miguel Ángel Vallina, James D. Fernández, Ana González, Fernando Prieto y María Luque.

Tendrá buena acogida porque, según el secretario general de la Fundación Consejo España-Estados Unidos, Fernando Prieto, la asimilación de la cultura estadounidense de aquellos emigrantes se refleja ahora en una consolidada relación. Sobre la muestra: “Muchas familias han sido, sin saberlo, guardianas de un valioso legado colectivo y, gracias a su generosa contribución, esta exposición lo rescata de su olvido”, señaló. Ese relato de la historia que se guardaba en cajas de galletas.

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