La convocatoria del Consejo Social sirvió ayer para que el gobierno local expusiera y defendiera el nuevo diseño de urbanización de los terrenos del plan de vías que, a grandes rasgos, se resume en más zonas verdes, parcelación de las fincas para intentar captar más empresas interesadas y eliminar las grandes torres previstas en el plan Junquera para optar por edificios de menor altura que provoquen menor impacto en la zona. Y para nada más, más allá de defender la intermodalidad como algo irrenunciable a pesar del anuncio de un intercambiador en la plaza del Humedal, adelantado por LA NUEVA ESPAÑA.

La realidad del Consejo fue que cuando llegó el turno de ruegos y preguntas el silencio se apoderó del salón de recepciones, y ni uno de los asistentes pronunció palabra. “Eso revela el nivel de hartazgo que hay con el plan de vías. Nadie se cree nada y ya ni se pregunta nada”, coinciden en valorar varios de los presentes en la reunión.

En el Consejo Social está representados, además del gobierno local, todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento, los sindicatos mayoritarios (CC OO y UGT), la Autoridad Portuaria, la Confederación Asturiana de la Construcción, la Cooperativa de Agricultores, Asata, Club de Calidad, Femetal, Club Asturiano de la Innovación, FADE, Unión de Comerciantes, Otea, Federación de Asociaciones Vecinales de la zona urbana (FAV), Federación de Vecinos de la zona rural “Les Caseríes” y Universidad de Oviedo. Pese al turno de palabra otorgado nadie lo quiso utilizar. “Fue una explicación muy política, y desde Les Caseríes no nos pronunciamos porque al ciudadano rural ni nos va ni nos viene las nuevas infraestructuras. A nosotros lo único que desde siempre nos ha servido son los apeaderos. Para nosotros no hay ninguna ventaja con el plan de vías”, pronunció ayer Lalen González Posada, en representación de Les Caseríes.