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George Rishmawi | Hijo de Juani Rishmawi, premio “Pasionaria”

George Rishmawi: “Con la detención de mi madre se sobrepasó un límite inédito”

“Hemos pasado unos meses muy duros, los primeros días ni si quiera sabíamos dónde la habían llevado ni qué pasaba”

George Rishmawi, en el Ayuntamiento. Marcos León

El 13 de abril, a las cinco de la mañana, una veintena de soldados israelíes irrumpieron en la casa de la cooperante española Juana Rishmawi “Juani”, en Beith Saur (cerca de la ciudad de Belén). Conocida por su labor solidaria en los territorios ocupados de Palestina, fue Coordinadora de Proyectos en la organización sanitaria palestina Health Work Committees, permanece desde entonces en prisión. Hace unas semanas, llegó a un acuerdo que podría permitir su libertad provisional en unas semanas. “Ha sido duro para toda la familia”, afirma su hijo, George Rishmawi (La Franja de Gaza, 1990), en conversación con LA NUEVA ESPAÑA. El joven acudió ayer a Gijón para recoger, en nombre de su madre, el premio “Pasionaria”. Es un galardón que entrega anualmente el área de mujer de Izquierda Unida.

–¿Cómo recibieron la noticia de la concesión de este premio?

–Con mucho orgullo. Siempre he estado muy orgulloso de mi madre, por todo el ejemplo que me ha dado. Es un ejemplo a seguir como ser humano y como madre, también por su profesión. Ha aportado mucho a la población palestina, ella ha dedicado su tiempo y su esfuerzo para sacar adelante mucho.

–Llega en un momento difícil...

–Han sido unos meses muy duros. Lo peor fueron los primeros días, porque mi madre fue detenida de madrugada y ni siquiera nos decían dónde estaba ni qué pasaba. Luego supimos que estaba siendo sometida a un interrogatorio, dijeron que solo era eso. Hubo seis o siete vistas y siempre era igual; fiscalía decía que necesitaba más tiempo para el interrogatorio y el juez les concedía unos días. Así estuvo tres o cuatro semanas, sin saber ni siquiera porque estaba detenida. Hasta que, de repente, lanzaron unas acusaciones.

–¿Ya se ha celebrado un juicio?

–No, eso piensan algunas personas. Pero no hubo un juicio. Es un acuerdo, tras una mediación . Porque el juez presentó la ocasión de mediar, y llegar a un acuerdo. Estaba claro que, si después de siete meses no había empezado el juicio, es porque no había ninguna acusación firme contra ella. A través de este acuerdo, mi madre aceptó dos cargos. Pero en ningún momento se ha declarado culpable. Son los cargos de pertenencia a una organización ilegal y recaudación de fondos para proyectos en territorios de Cisjordania.

–¿Qué supondrá este acuerdo para su madre?

–Trece meses de prisión y el pago de unos 14.000 euros. Mi madre decidió aceptarlo porque el juicio podría haber tardado en celebrarse dos años. Y ella tendría que haber estado en la cárcel más tiempo. Además, en un juicio militar en Israel ella saldría culpable. Estaba condenada desde el día que la arrestaron.

–¿En qué situación se encuentra ahora el conflicto?

–Pienso que se están sobrepasando límites que no se habían sobrepasado nunca. Uno de ellos fue la detención de mi madre, una cooperante de nacionalidad española. A pesar de que viví la Segunda Intifada, creo que la situación nunca había estado tan complicada.

–¿Cómo era su vida allí?

–Me vine a España a estudiar Ingeniería Informática, a los 18 años. De la Franja de Gaza tengo pocos recuerdos, porque nos fuimos pronto de allí. Mis padres vieron que no podríamos tener el futuro que esperaban para nosotros.

–¿Tiene ganas de abrazar a su madre?

–Tengo ganas de escuchar su voz. Llevo todo este tiempo sin hablar con ella.

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