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De aula en aula | | Un recorrido por los centros educativos de Gijón

Los niños del Montedeva duermen en el colegio para aprender a ser autónomos

El centro potencia la independencia personal: los mayores se preparan sus propios viajes de estudio

Sandra Prendes, en la habitación donde duermen los niños. Juan Plaza

Los 1.128 alumnos del colegio Montedeva aprenden algo más que Lengua y Matemáticas. Aprenden a valerse por sí mismos. El centro gijonés cultiva la autonomía de sus estudiantes. Les enseñan a moverse en el mundo que encontrarán fuera. En la realidad que encontrarán cuando acaben la etapa escolar. Y se lanzan a ello desde bien pequeños porque los escolares de cinco años pasan a final de curso una noche entera en el colegio sin sus padres. Para muchos, es la primera fuera de casa. Todo un reto que superan a las mil maravillas gracias a la implicación de sus tutoras. “Muchos padres se quedan sorprendidos cuando les ven doblar su ropa”, explica el director, Miguel Marcos.

El fomento de la autonomía es bandera en el Montedeva. No solo se inculca en edades tempranas sino que sigue un orden ascendente en cursos superiores. Los estudiantes mayores también tienen que tomar sus propias decisiones. Lo hacen en los viajes de estudios. Los jóvenes se dividen en grupos y deben realizar un trabajo sobre un tema que ellos mismos eligen relacionado con el lugar que visitan y que suele incluir una entrevista a alguna personalidad destacada de la zona. Ellos tienen que calcular las rutas y hacer las gestiones para conseguir las declaraciones. “Al trabajar sobre un tema que a ellos les interesa los conflictos desaparecen casi por completo”, concreta Marcos.

Un aula de Segundo de Bachillerato del Montedeva. Juan Plaza

La actividad de pasar la primera noche fuera de casa está paralizada ahora por la pandemia. Pero si este año los datos de contagios lo permiten se volverá a hacer. “Es una experiencia muy grata a ellos les encanta”, señala Sandra Prendes, la coordinadora de Infantil. Esta iniciativa se desarrolla en unas salas acondicionadas que hay en la planta superior del Montedeva, de cuando el centro tenía internas hace ya años. “Lo que debería ser algo traumático se convierte en una experiencia muy positiva porque se hace con su entorno”, añade Marcos.

“Se quedan a cenar, a dormir y a desayunar. Es muy reseñable, porque la mayoría de padres se quedan muy sorprendidos al enterarse de que su pequeño han hecho cosas que en su casa nunca hace”, explica Marcos. “Al ver a otro compañero que lo hace, eso les impulsa a hacerlos ellos también”, añade el director del centro sobre una actividad en la que queda claro que, de pasarlo mal alguien, son más los padres que los críos.

Por la izquierda, los alumnos de Segundo de Bachillerato Cristina Aramburu, Lidia Cabañas, Sheyla Martínez, Nadia Rodríguez y Pablo Vaquero. Juan Plaza

El tema de las excursiones está perfectamente organizado en el Montedeva. En función de la edad, se adapta el destino yendo de lo regional, a lo nacional y en último término a lo internacional. En primero de la ESO el destino es Llanes. “Deben investigar sobre la cultura de la zona, el folclore, la agricultura, la ganadería y demás”, apunta Isabel Rodríguez, la coordinadora de la etapa de Secundaria y Bachillerato. Posteriormente, los destinos son a Castilla y León, en tercero de la ESO a Barcelona, en cuarto a Berlín, en primero de Bachillerato van a Londres y en segundo a Roma.

“Se dividen en grupos y ellos eligen la temática del trabajo. Han logrado hasta entrevistas con parlamentarios británicos”, asegura la docente que incide en que son los propios estudiantes los que tienen que planificar los desplazamientos y ver donde comer para cumplir sus objetivos. Eligen hasta el lugar donde van a dormir, siempre con unos criterios económicos dados por el centro. Lógicamente, los docentes que viajan también están muy pendientes para que no aparezca ningún problema. El resultado no puede ser más satisfactorio porque los viajes de estudios no solo se convierten en una experiencia lúdica sino en una actividad edificante para el futuro. Y es que en el colegio Montedeva, el gran objetivo es cultivar la autonomía para el día de mañana.

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