La carbayera del Tragamón, una de las joyas del patrimonio verde gijonés que es desde 2003 monumento natural, será objeto de una intervención en el primer trimestre del año que viene desde la Dirección General de Medio Natural del Principado de Asturias. Un proyecto diseñado en colaboración con el equipo técnico del Jardín Botánico, que afectará a noventa árboles y que supone actuaciones de poda de saneo y eliminación de ramas secas, poda de reforma estructural, poda de acompañamiento a fenómenos regresivos y el apeo de pies muertos o de elevado riesgo.

Esta actuación en la carbayera gijonesa se incluye dentro de un proyecto financiado con fondos Feader y un coste global de 48.000 euros que suma intervenciones en seis árboles catalogados como monumento natural en otras ubicaciones del Principado. De este proyecto habló ayer en Gijón el director general de Medio Natural, David Villar, tras participar en una reunión de la comisión de seguimiento sobre la actividad científica en el Jardín Botánico. Esta actuación en el Tragamón y la firma de un protocolo de colaboración el pasado julio son las piezas iniciales del proceso que consolida un mayor compromiso del Principado con este equipamiento. El objetivo, a partir de 2023, es que el Botánico se desgaje del convenio global entre el Ayuntamiento de Gijón y la Universidad de Oviedo para tener un convenio propio al que se sumaría el Principado como tercer socio.

Esa reunión contó también con la participación de Aurelio Martín, edil de Medio Ambiente, y de cuya concejalía depende ahora el Botánico. Para Martín “satisfacción y compromiso” son las palabras que definen el trabajo científico realizado a lo largo de este año desde un equipo liderado por Borja Jiménez-Alfaro. Un trabajo que, en el apartado de investigación, ha convertido al Botánico en el primer jardín de España vinculado a un proyecto internacional de seguimiento fenológico en botánicos para ver cómo afecta el cambio climático en los procesos de floración de las plantas. Alfaro también destacó el proyecto de seguimiento de la biodiversidad en zonas de montaña y un trabajo pendiente sobre bosques cantábricos para el que se buscan fondos.

Otra de las prioridades de la actividad de este 2021 ha sido reinventariar todas las colecciones del Botánico para actualizar las bases de datos. Ahora mismo había varios inventarios con un desfase de datos. “La mayor parte están en buen estado, sobre todo el banco de semillas y el herbario”, explicó el director científico. Esas colecciones se reubicarán el año que viene en un nuevo espacio, que incluirá laboratorio. Un proyecto que se apoya en fondos municipales aunque tampoco se descarta acceder a fondos europeos a través de la Fundación de Biodiversidad, igual que el Acuario. Otro equipamiento que mira a Europa.