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El Arzobispo, sobre el aborto: "Es una versión macabra de los Santos Inocentes"

Jesús Sanz Montes celebra una misa en la Basílica para bendecir la imagen de Juan Pablo II, "el Papa de la vida", con una homilía crítica con la interrupción del embarazo y la eutanasia que fue muy aplaudida

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La bendición de la imagen de Juan Pablo II en la Basílica, en imágenes

Los santos inocentes que ha habido a lo largo de la historia de la humanidad fueron los protagonistas, como no podía ser de otra forma para los católicos un 28 de diciembre, de la misa oficiada ayer por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús. Un acto religioso, concurrido, que sirvió para bendecir la imagen de Juan Pablo II, “el Papa de la vida”, que desde hace unas semanas se encuentra en el lateral izquierdo del templo, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA. La primera talla de Karol Wojtyla en una iglesia asturiana. ¿Y quiénes son los Santos Inocentes de nuestros días? “Los no nacidos que son asesinados en el seno de sus madres, una versión macabra de los Santos Inocentes, la vida de aquellos nacidos que se hace dura y a quienes les facilitan una muerte provocada”, aclaró, de forma meridianamente clara, el arzobispo durante una homilía que concluyó con una ovación pocas veces vista ante un altar.

La eucaristía, que estuvo acompañada al órgano y con coro, recordó el momento de la natividad de Jesús, “un referente para la Historia, no siempre cómodo”, como verbalizó el arzobispo, y los intentos de Herodes de acabar con su vida nada más nacer al temer “por su poltrona”. Sirvió la lectura del evangelio para señalar a aquellos que “no son amigos de la verdad y manchan el nombre de la paz y la justicia”. Esa “matanza de inocentes” a lo largo de la historia estuvo muy presente durante toda la celebración, a la que asistió el párroco de San José, Fernando Llenín, y fue concelebrada por el rector de la Basílica, Manuel Robles, junto a los confesores del templo, Manuel Álvarez y Ángel González.

Durante toda la misa, y como en las últimas semanas, estaba presente la imagen de Juan Pablo II, al que el arzobispo hizo alusión durante buena parte de su intervención. Recordó la figura de “una imagen especialmente querida”, la de un “Papa santo contemporáneo que visitó Asturias en 1989”, cuando ofició misa en Oviedo y en Covadonga, ante la Santina. “Es un Papa vinculado especialmente a esta Basílica, pues fue en 2003 cuando quiso dedicarla como basílica menor”. Curiosamente, tal y como recordó Sanz Montes, fue ese mismo año en el que Juan Pablo II le nombró obispo. A su juicio, el magisterio del religioso polaco ha estado cargado “de ejemplos y decisiones arriesgadas en favor de la vida”.

Tras los aplausos, y bajo el sonido del himno de Covadonga, con incienso y agua, el arzobispo procedió a bendecir esa talla de madera de tilo de 1,70 metros de altura, que se eleva a 1,85 metros contando con el pedestal sobre la que reposa y que, como reflexionó el arzobispo, servirá para proteger a los feligreses y también la vida.

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