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Un joven le estampa a otro un vaso en la cara en la Ruta y después saca una navaja

La agresión se produjo cerca de la una de la mañana en un local tras una fuerte discusión

Vasos de plástico.

Todo sucedió cerca del cierre del ocio nocturno y ante la mirada de decenas de testigos. Un joven le estampó a otro un vaso en la cara, a la altura del ojo derecho. El suceso ocurrió cerca de la una de la mañana en un local de la Ruta de los Vinos. Comenzó con una fuerte discusión, pero la escena se tensionó. Los reproches, con menosprecios, se convirtieron rápido en un intercambio de golpes hasta que uno de los dos jóvenes que protagonizaron el episodio golpeó al otro con un vaso bruscamente. El recipiente era de plástico y no de cristal, así que las heridas no fueron muy graves. Muchos de los jóvenes que estaban en el mismo local salieron al momento asustados.

El joven golpeado se llevó las manos a la cara al comprobar que le dolía el ojo. El golpe no provocó heridas de gravedad, apenas un pequeño moratón. Pero el susto, en cualquier caso, fue mayúsculo para la víctima y para los muchos presentes en el establecimiento, obligando a los camareros del local a intervenir para separar a los dos jóvenes.

El agresor, con una actitud chulesca, desafiante y acompañado por otros tres amigos, aparentemente de la misma edad, salió del establecimiento rápido, pero aguardó en la misma puerta del local durante más de treinta minutos para hacer tiempo por si volvía a coincidir con la víctima, que se resguardó en el mismo local con varios amigos. La escena no terminó ahí. Aunque los hechos posteriores ya no sucedieron ante la mirada de decenas de testigos, sino que se produjeron ante un grupo muy reducido. Un amigo del joven golpeado le recriminó al agresor, en evidente estado de embriaguez, su conducta, a lo que éste replicó, según testigos presenciales, con una frase amenazante. Dijo que le había golpeado con el vaso porque sabía que era de plástico y no le haría heridas graves. Después, retó al resto de amigos a que salieran del establecimiento. Los amigos del agresor le animaron con entusiasmo.

El agresor, muy nervioso, mostró después a amigos de la víctima una navaja que tenía guardada en el bolsillo. Y amenazó en varias ocasiones con usarla. Pasada media hora, abandonó la zona con sus amigos, jactándose de lo sucedido en voz alta para que los presentes lo pudieran escuchar.

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