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Juaco López: “Los museos son para la gente de su entorno, no para los turistas”

El director del Muséu del Pueblu d’ Asturies, cumplidos 30 años en el cargo, hace balance de una etapa en la que se formó el grueso de la colección

Juaco López, revisando fondos del Muséu del Pueblu d’Asturies. Marcos León

Cuando el 2 de enero de 1992 Juaco López fue nombrado director del Muséu del Pueblu d’Asturies había apenas había en él 22 fotografías. Hoy, tres décadas después, el archivo consta de más de dos millones de fotos, además de cerca de 15.000 objetos. A Juaco López (Cangas del Narcea, 1960) le gusta hacer balance con los datos en la mano. “Organizamos aquí desde 1992 unas 155 exposiciones, de fotografías, objetos, de todo tipo, y a ellas hay que sumar las que hicimos para otros museos e instituciones”, cuenta López, para añadir a continuación, que, el Muséu recibe “una media de 100 donaciones al año, lo mismo de una persona que vacía la casa de sus abuelos o sus padres y nos trae cosas que el que nos entrega 10.000 archivos de negativos de fotografía”. “Esa es una de las mayores satisfacciones que tengo, que la sociedad gijonesa y asturiana se identifique con este museo”, afirma.

Formación

La pasión por la etnografía le llegó de niño a Juaco López, en Cangas del Narcea. “Mis abuelos y mis tíos tenían una panadería, allí ayudaba los fines de semana, veía a la gente de la villa y de los pueblos, y había un trastoque, había una diferencia entre los del pueblo y los de la villa”, rememora. “También descubrí en el desván de casa la historia de unos parientes de mi abuela, emigrantes, que habían trabajado en un periódico en Cuba, y me di cuenta que no había forma de encontrar ninguna información, y que era necesario”, subraya.

Juaco López estudió Geografía e Historia en la Universidad en Oviedo. Se especializó en la Complutense en Prehistoria y Etnología. Escribió una tesina, “Las decoraciones en los hórreos”, que dio lugar a un inventario sobre los hórreos de Asturias, y en 1990 leyó la tesis de la Universidad Oviedo, “La miel y la cera en la sociedad tradicional asturiana”. “Hubo dos museos que me marcaron, la visita por un lado al Museo de Artes y Tradiciones Culturales de París. Y al de la Aquitania de Burdeos”, comenta López, que completó su formación con los viajes y que también guarda un buen recuerdo de la etapa en la que colaboró con Pepe El Ferreiro en el Museo Etnográfico de Grandas de Salime.

Su llegada al Muséu

Llegó al Muséu del Pueblu d’Asturies tras aprobar la oposición. Cuando aterrizó era mucho más pequeño que en la actualidad, y llevaba cuatro años sin rumbo, tras la marcha de Luis Argüelles, el anterior director. ¿Cuál fue su primera misión? Responde: “Era un museo con una trayectoria, pero no había casi colección, ni biblioteca… No había nada. Los espacios estaban ocupados por las escuelas taller, y todo estaba bastante mal”, enfatiza López. “Lo primero que hicimos fue salir por ahí a buscar cosas. La primera exposición que hicimos fue dedicada a Modesto Montoto, de fotografías antiguas. Empezamos a formar colección y difundir desde el principio, y fue importante adquirir el archivo de Constantino Suárez, de 8.000 negativos, que tenía un anticuario de Gijón”, añade.

Plan museístico

Uno de los momentos que considera clave Juaco López fue la aplicación en 1998 del plan museístico. “El recinto estaba desordenado. Se hizo todo muy rápido para inaugurarlo en 1968, con los hórreos diseminados, no asociados a una construcción. Se puso orden”, indica Juaco López. Empezaron a abrirse nuevos espacios y a trabajar como cabecera de la red regional de museos. “La clave para un museo es que la sociedad que está a su alrededor se sienta identificado con él, lo más triste es cuando vas a algún sitio, y ves que hay gente de un pueblo que vive al lado y no lo han visitado. Los museos son como las bibliotecas y los hospitales, para la gente del entorno, no para los turistas”, relata López.

Digitalización

“Tuvimos de los primeros escáneres. Siempre apostamos por la digitalización”, dice Juaco López, que se habla de la fotografía y las nuevas tecnologías y redes sociales como uno de los pilares del Muséu. “Nos llegan muchas donaciones a través de internet de asturianos que están fuera. La fotografía no había interesado hasta 1992 a nadie, y le hemos dado mucho valor desde entonces. Además de la fototeca digital también hemos realizado unas 170 publicaciones en estos 30 años”, indica.

Futuro

A pocos años ya de la edad de jubilación, Juaco López mira al futuro del Muséu con la preocupación por que se repita el vacío que él encontró cuando llegó, hace tres décadas. “Tenemos un patrimonio importantísimo, pero continuidad no significa continuismo, el que venga tendrá que implantar su sello. Solo quiero que no pase como en los 80, que el museo se quede en un vacío, sin dirección y sin nada”, explica. Aunque se jubile, seguirá con su pasión por la historia. “Tengo una casa en el campo cerca de Cornellana, en San Esteban de las Dorigas. Me gusta mucho desconectar allí. Y también viajar, que lo considero fundamental. En el futuro quiero aprovechar para escribir, publicar y seguir investigando, todo lo que no puedo hacer ahora por mis ocupaciones”, concluye.

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