Aumentar la vigilancia, endurecer las sanciones, investigaciones más concienzudas para dar con los responsables y aumentar el cupo máximo de bolsas de escombros que se aceptan en los puntos limpios. Esas son las exigencias de los vecinos para poner coto a la “imparable” proliferación de vertederos ilegales en Gijón que reflejan los datos de la Unidad de Vigilancia Ambiental de la Policía Local, desvelados ayer por LA NUEVA ESPAÑA. Según estos recuentos, en 2021 se registraron 114 vertederos ilegales por los 94 que hubo en 2020. “Aparecen cada poco. Al menos, cuando se avisa, se retiran rápido”, apuntan varios líderes vecinales sobre un problema en auge.
Los puntos en los que se vierte basura bajo cuerda están localizados en su gran mayoría en la zona rural y muchos de ellos en la zona Oeste del concejo. Aparecen en caminos y solares poco transitados y, según los agentes de la Policía Local, producen un efecto llamada. La situación se vuelve más complicada si el vertedero se ubica en una parcela abandonada, pero de titularidad privada. Bien lo saben en Veriña, donde la asociación de vecinos lleva tiempo denunciando la existencia de un vertedero ilegal en lo que antaño fue la sede de una conocida promoción de viviendas en la carretera de Avilés. Hoy, esta instalación está abandonada.
“Al ser una zona sin gestión es un punto donde se aprovecha para tirar basura de construcción que luego emplea la gente para construirse infra viviendas”, explica Néstor Alves, el presidente de la asociación de vecinos. “Cuando aparecen en zonas públicas es cierto que Emulsa termina por eliminarlos. Pero el problema es cuando aparecen en estos puntos sin gestión”, añade. “No es una cuestión de que haya más vigilancia, sino de que se eliminen estas zonas. O incluso que se tomen huellas cuando se produzcan los vertidos”, reclama Alves, que avisa de que si esta situación se mantiene en el tiempo procederá a plantear una denuncia ante las autoridades.
En Lloreda, la proliferación de vertederos ilegales también supone un quebradero de cabeza para los vecinos. Asegura José Luis Fernández, el presidente de la asociación al que todo el mundo conoce como Aguirre, que el mes pasado tuvieron que tramitar con Emulsa la retirada de un basurero en el que “aparecieron 50 sacos de escombros” en el polígono de Somonte. Aguirre recuerda que en la zona rural, las reformas en las viviendas suelen hacerlas los propios vecinos y que la gestión de los restos del material de obra suele dar quebraderos de cabeza. “Debería de aumentarse el número de sacos de escombros que se pueden dejar en el punto limpio. Estamos hartos de que aparezcan”, dice.
El abandono de escombros también supone un problema en Jove. Los vecinos denunciaron que hace solo dos días, por la zona de la Campa Torres, vieron como una furgoneta de una empresa de jardinería se dedicó a tirar tierra. “Otras veces, vemos como una furgoneta van dejando sacos de escombros al lado de los contenedores. Se han llegado hasta a encarar con nosotros”, lamenta Virgilio Herrero, el secretario de la asociación de vecinos. Este colectivo llega ya muchos meses pidiendo más vigilancia en el barrio para evitar estas situaciones.
Situaciones que se dan también en la parroquia de Serín. Lo cuenta José Luis Fernández, vicepresidente de la asociación de vecinos. “Hay una nave, que antes estaba okupada, que está llena de escombros”, apunta el líder vecinal que recuerda que hace pocas semanas Emulsa tuvo que limpiar un vertedero ilegal en la parroquia. “El Ayuntamiento debería de poner en marcha un servicio de recogida de electrodomésticos viejos y de escombros porque el punto limpio queda lejos de Serín”, reclamó.
