La fórmula de las rosquillas de San Blas parece sencilla. "Manteca, huevos y harina", pero lo que marca la diferencia es "acertar con las proporciones exactas". Cada año un grupo de voluntarios de la parroquia de Jove participa en el empaquetado de estos tradicionales dulces que son "mano de santo" y "ayudan con los males de garganta"