La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El joven que casi mata a un tatuador con una estaca busca rebajar su pena

El procesado, en prisión preventiva, ha abonado buena parte de la indemnización e intentará cerrar un acuerdo con la acusación

Así fue la detención del agresor del tatuador de Laviada

Así fue la detención del agresor del tatuador de Laviada

Para ver este vídeo suscríbete a La Nueva España o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Así fue la detención del agresor del tatuador de Laviada I. Peláez

El joven gijonés de 27 años que en mayo del pasado año atacó violentamente con una estaca en la cabeza al dueño de un local de tatuajes del barrio de Laviada buscará hoy por la mañana llegar a un acuerdo con la acusación para rebajar la pena de cárcel de tres años –y otros cinco de alejamiento– que solicita la Fiscalía. Es por ello que este individuo, con antecedentes y en prisión preventiva por esta causa, ha comenzado ya a abonar la indemnización a su víctima, que corrió grave riesgo de muerte tras el ataque. En total son 20.000 euros los que se reclaman de responsabilidad civil.

La vista está señalada a las diez de la mañana en la sección octava de la Audiencia. El procesado podría incluso comparecer ante el tribunal por videollamada desde prisión. De personarse en sala será escoltado y esposado por la Policía Nacional, como marca el protocolo. Reconocer los hechos y aceptar los términos del acuerdo será indispensable para lograr una rebaja a esos tres años que, de inicio, solicita la Fiscalía.

El caso que ahora se juzga se inició cuando este joven acudió a un establecimiento de tatuajes de la calle Pedregales. Una vez dentro, le solicitó al dueño que le hiciera un tatuaje de serpiente, pero el responsable del negocio le instó a pedir cita porque en ese momento se encontraba atendiendo a otro cliente. El procesado se ausentó del local, pero “en actitud de desacuerdo por no ser atendido, que evidenció gesticulando”, detalla el fiscal. Aproximadamente una hora más tarde, el procesado volvió portando una estaca grande de madera, entró evitando que sonase la campana de encima de la puerta y, una vez dentro, “con intención de acabar con la vida del tatuador”, se dirigió a su víctima y “golpeó reiteradamente al tatuador en la zona de la cabeza, entre otras, dejándole inconsciente y ocasionándole lesiones de riesgo vital que, de no mediar atención médica inmediata, podrían haber provocado su muerte”.

El suyo fue un ataque sorpresivo, pues el tatuador y también el cliente se encontraban de espaldas y no vieron llegar a este joven que tras la agresión huyó. Fue detenido en la plaza de Italia días después, oponiendo gran resistencia a los agentes y tras protagonizar un altercado en la Ruta de los Vinos. También se le atribuyó el ataque a un joven al que le rompió la mandíbula en la carretera del Piles al Infanzón.

Compartir el artículo

stats