Fomentar que el tejido empresarial de la ciudad reduzca su huella de carbono para impulsar que más empresas adquieran un sello de calidad ambiental que les permita ganar competitividad. Bajo esta premisa nace, de la mano del Club de Calidad, el proyecto “Gijón huella de carbono”, un plan de formación a empresas que cuenta con el apoyo de Gijón Impulsa y que tiene ya a las doce primeras entidades interesadas. La hoja de ruta prevista, que se dio a conocer ayer, plantea que este proyecto piloto arranque este mes y acabe, como tarde, a inicios de julio.

“Haremos un cálculo de su impacto. Muchas seguramente no sean conscientes de su gasto de combustibles o electricidad”, explica Guiomar Álvarez, gerente del Club, que añade: “Los propios negocios salen ganando; ahora cada vez más clientes prefieren apoyar a empresas sostenibles y las multinacionales han sabido adaptarse mejor a este nuevo marketing”.