En la librería La Habitación Propia ayer los clientes eran recibidos por un cartel gigante que exigía el derecho al voto femenino y por un amable ejército de sufragistas que repartían, en vez de pasquines, galletas. Esta fue la original idea antroxera de Mónica Iglesias, dueña del negocio, que quiso homenajear de esta manera la historia de las sufragistas. “Quería recuperar la historia de estas mujeres. Se ha distorsionado, se ha hecho de ellas casi una caricatura, pero fueron realmente heroicas”, defendió la librera.
El gran lema de la cita fue “Votes for Women”, una de las proclamas más conocidas de entonces. Para ambientar el local, cubrieron los periódicos del día con portadas antiguas de prensa sobre el movimiento, y todas las invitadas fueron disfrazadas con el ya reconocible atuendo de las sufragistas, con sus faldas largas y sus camisas de encaje, para un concurso de disfraces que acabó ganando Ana Rodríguez. La comitiva, por último, aprovechó la jornada para realizar murales que recuerdan la lucha –y en muchos casos, la represión– de los cientos de inglesas que pelearon por el voto femenino.
