La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis Pascual | Presidente del Ateneo Obrero, renueva en el cargo

“No somos una entidad viejuna, queremos romper con esa visión”

“El movimiento asociativo tiene futuro en Gijón, hay gente muy dispuesta y una trayectoria, pero el reto es unificar esfuerzos”

Luis Pascual, en la sede del Ateneo Obrero de Gijón. Ángel González

Luis Pascual renueva por tres años más como presidente del Ateneo Obrero. Cumplirá al final del mandato, en 2025, un cuarto de siglo al frente de una entidad en la que ingresó en la década de los ochenta. Seguirá casi con la misma junta directiva: Emilia Vázquez (vicepresidenta), Leonardo Borque (secretario), Ángel Alonso Domínguez (vicesecretario), Luis Noé López (tesorero) y Boni Ortiz (vocal). El único cambio es la entrada en una vocalía de María Martínez por Rosa Calvo. Pascual analiza el presente del colectivo y los retos que se marca, que pasan principalmente por encontrar un relevo generacional y estabilizar la economía.

–¿Por qué decide seguir?

–Soy el socio número 13.º. Llegué poco después de la refundación de 1981. En 1985, abrimos la sede de la calle Covadonga, que seguimos tiempo en propiedad, aunque ahora estemos en la Escuela de Comercio por el convenio de cesión con el Ayuntamiento. Estuve de directivo, hasta que en el año 2000 entré de presidente. No esperaba estar tanto tiempo. He decidido seguir porque notamos que los socios están contentos con nuestra gestión, y porque ahora mismo tampoco existe un relevo. Ese es uno de los retos que tenemos: rejuvenecer la entidad.

–¿Cómo se puede conectar con los jóvenes?

–No es fácil. En los últimos años no ha habido ese necesario goteo de jóvenes que se hayan ido incorporando. Son más bien “veteranos” los que se suman. Ese relevo generacional es necesario porque aporta frescura y savia nueva. Tenemos la sección de ajedrez, con mucha gente joven. Pero también es verdad que una gran parte de ellos no se enganchan a otras actividades. Queremos que esta incorporación sea un proceso natural, que lo que hagamos sea atractivo para la gente joven. Y también queremos romper la barrera que supone que haya quien nos vea como una entidad viejuna. Estoy convencido de que no lo somos. Quizás necesitamos más promoción. En redes sociales hemos crecido, tenemos muchos seguidores para conectar con ese perfil. Pero debemos incidir.

–¿Además de rejuvenecerse, necesitan recuperar socios?

–Tenemos 288 socios. Hemos bajado un poco de los 300, que es una cifra que nos marcamos también como objetivo. Dentro de los colectivos culturales de la ciudad, somos uno de los que más socios tenemos, solo por detrás del Ateneo Jovellanos. Son cifras buenas, no como en los años 30, cuando llegamos a tener 2.000 socios. Pero aquello fue la época dorada, cuando el movimiento asociativo no estaba tan atomizado como lo está ahora.

–¿Por qué es necesario el Ateneo Obrero?

–Somos unas entidad histórica. Cumplimos 140 años, desgraciadamente interrumpidos por la dictadura franquista. Seguimos teniendo una visión muy amplia, abierta y progresista. Por eso, también seguimos siendo totalmente necesarios. Pero eso no quiere decir que nos basemos en la tradición porque sí. Siempre intentamos innovar. Y también recuperar fórmulas que triunfaron en otros momentos.

–¿Qué grandes retos se marcan para el futuro?

–Necesitamos una estabilización económica. No estamos mal, pero siempre vamos un poco pillados con los temas de liquidez. Tenemos un convenio muy favorable con el Ayuntamiento, pero la legislación actual obliga a adelantar. Cuando nos situamos ante una cifra como la de este año, con un convenio con el Ayuntamiento fijado en 10.000 euros, tienes que tirar de ingenio. Buscamos vías para la consolidación económica. Es fundamental.

–¿Qué salud tiene el movimiento asociativo gijonés?

–Tenemos que seguir trabajando para que sea importante. Hay que promover actividades atractivas. Tenemos un debate que promovemos, titulado “Acuerdos y desacuerdos”, sobre las políticas culturales en la ciudad. Ese tipo de iniciativas son importantes para que la ciudad se consolide como un referente cultural.

–¿Tiene futuro?

–Sí. Porque todavía hay gente dispuesta a tomar la iniciativa ciudadana independiente. El problema es la dispersión, aunque también es cierto que cada entidad está bastante “especializada” en un campo. Hay gente que se dedica a la creación literaria o a las artes plásticas. El reto es unificar esfuerzos para que las entidades tengamos más fuerza. Pero soy optimista. Hay futuro. Puede que cambien las formas, pero Gijón es una ciudad con un asociacionismo con larga trayectoria histórica. Somos una ciudad muy participativa, y eso va a seguir. Es lo que nos diferencia de otros puntos de Asturias y de otras ciudades de una población parecida en España.

Compartir el artículo

stats