Probablemente, Jorge Hurlé Palacio (Gijón, 1977) no haya dormido mucho esta noche porque se la habrá pasado pegado al televisor. Lleva cerca de cuatro décadas sin perderse ni una sola de las galas de los “Oscar”. En esa gala se aúnan dos de sus grandes pasiones: el cine y la organización de un gran evento. Hurlé estudió el primer máster profesional en Protocolo que existió en España, allá por el año 2014, pero llevaba mucho tiempo formándose en la sombra, casi de una manera autodidacta. Entre risas, reconoce que nunca hubo fiesta de amigos que él no organizara. Ahora estrena cargo: es el delegado en Asturias de la Asociación Española de Protocolo. Promete luchar por la profesión.
–¿Cómo fue el proceso para su elección?
–Se produjo en las elecciones para los delegados territoriales de la Asociación Española de Protocolo. Se trata de una entidad que aspira a convertirse en el Colegio Profesional. Hubo un proceso de apertura y se aceptaron las candidaturas. En el caso de Asturias solo me presenté yo, no fueron necesarias elecciones. Ocurrió lo mismo en otras comunidades autónomas. Tras la tramitación y demás, el nombramiento se hizo oficial el 25 de este mes. Hace apenas unos días.
–¿Qué objetivo le movió a presentarse?
–Sobre todo, la lucha contra el intrusismo en esta profesión. Queremos que se forme el Colegio ya para que cualquier puesto de protocolo se cubra con una persona formada adecuadamente en esta especialidad, con sus titulaciones y demás.
–¿Cuándo empezó a interesarse por el sector?
–Pues casi desde niño (ríe). Siempre me he fijado mucho en los detalles y me encanta organizar todo. Si de más joven iba de viaje con amigos, yo era el que lo preparaba. Siempre me he fijado mucho en la organización de grandes galas, eventos. Me iba fijando siempre en todos los detalles de la organización, en lo que pasa desapercibido para muchas personas. Los Juegos Olímpicos, los Goya, en los que tuve la suerte de poder trabajar... eso fue un sueño cumplido. También la gala de los Oscar, nunca me la pierdo.
–¿Desde su punto de vista, qué hace realmente bueno en su trabajo a un responsable de protocolo?
–Un buen profesional de Protocolo siempre está a la sombra, no se le ve. Existe, pero no se le ve. Una de las características que tiene que tener, siempre lo he dicho, es improvisar sin que se sepa que está improvisando. Porque se dan muchas ocasiones en las que esta capacidad es necesaria. Lo que es cierto es que, a pesar del mucho trabajo y las muchas horas que llevan los eventos, al estar en la sombra, no es una profesión que se conozca mucho.
–¿Por qué piensa eso?
–Si preguntas a qué se dedica el responsable de protocolo, muchas personas te dirán que es el que coloca las sillas y las banderas. Esto no es así, va mucho más allá. No está demasiado reconocido. Si el acto sale bien, se suele felicitar a los organizadores o al anfitrión. Si algo sale mal, puertas adentro el responsable es la persona encargada de protocolo.
–¿Cómo afronta su nuevo cargo?
–Con mucha ilusión, quiero trabajar por mi profesión y conseguir cosas.
–¿Cuál es su principal objetivo ahora que ya es delegado de la entidad en Asturias?
–Que salga adelante el Colegio Oficial, que se reconozca la profesión y que se nos vea. Dar visibilidad a los grandes profesionales que hay en España y en Asturias. Ahora que habrá una nueva junta directiva, habrá muchas ganas de hacer cosas.
–Un sueño de protocolo...
–Un sueño para mí, que me encanta el protocolo deportivo, sería cubrir el protocolo de unos Juegos Olímpicos o de un Mundial de Fútbol.