“Asesoramiento”. Probablemente sea una de las palabras que más menciono, porque lo considero de vital importancia en todo lo relacionado con la belleza. Va de la mano con mi querida “constancia”. Si nos ponemos a pensar en ello, probablemente nos percatemos que es algo fundamental también en la mayoría de las profesiones. Un buen diagnóstico es imprescindible para alcanzar el objetivo buscado.

Por ello, cada día disfruto más con las consultas. Son muy enriquecedoras a nivel profesional, porque cuanto más ves, más sabes, y más información obtienes. Pero además son muy enriquecedoras a nivel personal; poder ayudar a solucionar esas preocupaciones o inquietudes estéticas que la mayoría tenemos es muy gratificante.

Hoy en día disponemos de tanta información a nuestro alcance que realmente no todo el mundo es consciente de la importancia de que los cuidados en casa o en cabina sean pautados por un profesional. Por mi experiencia, en continuo contacto con pacientes y con su piel, puedo asegurar que no tiene nada que ver comprar bajo la percepción de lo que uno necesita, con comprar lo que de verdad necesitas. Porque no es fácil analizarse a uno mismo. Ni siquiera siendo profesional en la materia.

Puedo contar, a modo de confesión, que yo misma y los miembros de mi equipo, nos hacemos análisis, evaluación y posterior prescripción entre nosotras, es decir, no nos auto diagnosticamos. Evidentemente participamos en la decisión final, es nuestra especialidad laboral, y como compañeras lo comentamos, pero no actuamos de primeras a nuestro propio criterio. No es fácil analizarse a una misma, y además normalmente magnificamos nuestras alteraciones cutáneas, al igual que nuestras condiciones corporales.

Además, en el mercado existen miles de marcas, muchas maravillosas, pero no es fácil escoger, y menos aún combinarlas entre sí. Una correcta rutina de cuidado en casa es capaz de mejorar el estado de la piel, y eso es maravilloso. Y lo mismo ocurre con los tratamientos, hay tantos equipos, tantas tecnologías, y tantas combinaciones de todas ellas, que organizarlo no es precisamente algo trivial.

¿Diagnóstico o asesoramiento on-line?

Hasta aquí, todo claro, no da lugar a debate. Pero, ¿y si hablamos de un diagnóstico o de un asesoramiento on-line? Seguro que en este caso surgen las dudas. O al menos yo las tuve durante mucho tiempo; y a día de hoy, indudablemente me quedo con el asesoramiento presencial. ¿Por qué entonces crear servicios on-line?

Existen varias razones por las que decidí hacer esto, aparentemente tan alejado de mis creencias y modo de operar. La más importante fue sin duda que los propios clientes lo solicitaron; fue empujado por su demanda. Además, el confinamiento que vivimos hace ya dos años me dio mucho que pensar. Una vez más me impresionó la fidelidad y la necesidad que tenían nuestros clientes de continuar con nuestra ayuda cuando el centro estaba físicamente cerrado. Clientes plenamente conscientes de la importancia de los cuidados en casa pautados por un profesional.

Diseñé los servicios on-line para aquellas personas que no pueden acudir a un centro de manera presencial, porque viven en otra ciudad, o simplemente no disponen del tiempo para hacerlo. Porque cada vez hay más personas que encuentran dificultades para venir y de esa forma, lo hacemos posible.

Siempre con garantías

Para que este tipo de asesoramiento sea fiable y efectivo, ha de ser muy completo y detallado, e incluir aspectos como los que menciono a continuación:

Cuestionarios personalizados previos y cuestionarios de seguimiento; pruebas/test visuales en directo; revisión de la cosmética actual; creación de una nueva rutina acorde a los objetivos y necesidades actuales; combinación de los productos seleccionados como válidos y los nuevos prescritos, para una correcta sinergia de todos, en cuanto a seguridad y, como no, sacar el mayor rendimiento a todo. Otros aspectos importantes del diagnóstico on line, desde mi experiencia, son la explicación del modo de aplicación; las revisiones/seguimientos; y el apoyo y asesoramiento individual durante todo el proceso.

Y, para terminar, decir que sea en la modalidad que sea, los puntos claves en un buen diagnóstico son: formación, experiencia, saber escuchar y poner muchas ganas. Porque la piel y los cuerpos hablan, pero no me cansaré de repetir, que hay saber escucharlos.

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