El Día de Europa centró ayer su acto institucional en Gijón en el salón de recepciones del Ayuntamiento. El himno de La Alegría –himno oficial de la Unión Europea– interpretado por un dúo de piano y flauta travesera abrió el acto para dar paso a la lectura de un manifiesto de la alcaldesa, Ana González. “El 1 de enero de 1986 no solo significó la adhesión oficial de España a la Unión Europea. Lo más importante fueron los valores como el de la democracia, la libertad, la unión y formar parte de un ideario común”, explicó la Regidora a los decenas de asistentes, incidiendo también en que “Europa sigue siendo la de estos valores, a pesar de los tiempos que estamos viviendo”.

Ana González escucha la interpretación del himno. Marcos León

Además de incidir en los valores que supone para España formar parte del club de los 27, el acto sirvió para reconocer el trabajo del IES Roces, uno de los centros embajadores del Parlamento Europeo, gracias a su asignatura sobre Cultura Europea, en la que enseñan a los alumnos el significado cotidiano de esta unión, impartida por la jefa de estudios, Eva Díaz. Se hizo entrega a varios alumnos de los diplomas que los condecoran como embajadores junior. Lucía Meana, Luis Mario Brito, Adriel Romay, Cristina Miguélez Jonathan Patricio Torrejón, Adrián Manso, Borja Fernández y Cristina Budiel fueron los homenajeados. Una vez recogidos y previa entrega de una placa oficial para premiar la labor del instituto, tomó la palabra Begoña Seijo Marcos, directora del centro educativo: “Tenemos que crecer de forma conjunta y no unos a costa de otros”.

Ali Attia, de Túnez; Mauricio Pérez, de Chile; y Selina Fischer, de Alemania, relataron su experiencia en Gijón tras haber formado parte del programa Erasmus. “Mucha gente pensará que es solamente fiesta, y en cierta parte lo es. Pero también es el entendimiento entre culturas y el derruir los estereotipos”, apuntó Marcelino Díaz, presidente de Erasmus Student Network. Todos ellos expresaron el ejemplo de convivencia, multiculturalidad e intercambio que supone formar parte del programa Erasmus, que este año celebra su 35.º aniversario y ha permitido que más de doce millones de jóvenes vivan diversas experiencias a lo largo de todo el continente. “Si pudiéramos nos quedaríamos a vivir aquí, porque es una ciudad maravillosa”, celebraron.