A Pepa Pardo le hubiera gustado presentar su libro antes de que su madre muriese, pero al menos le queda el grato recuerdo de los momentos vividos junto a ella. Allá por el año 2004, de un juego entre ambas nació un diario, cuyos textos ha recopilado ahora en “Mamá y las enciclopedias de arte”, que será presentado esta tarde a las 19.00 horas en la Casa Natal de Jovellanos. Estará acompañada por Lucía Peláez, directora del museo; Alejandro Céspedes, prologuista de la obra, y Antonio Benicio, el editor.
“Se trata de un libro con el perfil de un diario. Nació a raíz de un juego que hacía con mi madre, con una enciclopedia de arte muy antigua de Salvat. Como si fueran cartas del tarot, hacíamos un juego de azar, lo abríamos para que nos diese respuesta, como si el azar tuviera la capacidad de contestar con racionalidad a lo que se estaba viviendo en cada momento”, relata Pardo. A la vez que hacían el juego, ella iba reflexionando y escribía sobre las sensaciones que le transmitía aquel entretenimiento. “En 2004 empecé a escribir sobre todo aquello. Le decía a mi madre que eligiese un número del 1 al 20; y durante un tiempo fue curioso, porque era como si alguien decidiera que las tiradas eran las correctas, para determinar un poco el ritmo de la vida”, rememora.
Pardo hace mención en la obra a aquellas tardes en las que mantuvo una complicidad especial con su madre. “Era un juego que hacíamos para no hablar todas las tardes de lo mismo”, relata esta gijonesa del barrio de La Arena, residente en Tineo, que durante muchos años trabajó como técnica de programas educativos en el Museo Jovellanos y fue profesora de Arte en los cursos de la Universidad Popular.
Pardo no solo fue recogiendo sus impresiones en el diario, sino que también reprodujo escenas artísticas que fueron surgiendo gracias al juego. “Con papel cebolla, calcaba momentos como ‘La danza de la vida’, del noruego Edvard Munch”, destaca antes de explicar uno de los objetivos que tenía. “Quería hacer, junto a mi madre, una enciclopedia alternativa, que es un poco lo que ve la luz ahora”, amplía Pardo.
¿Y qué sensación transmitirá al lector este libro? “Es un vínculo muy especial el que muestro. Transmite la incertidumbre de la vida, el miedo a la muerte o las dificultades en la relación con mi madre. O también aparece de soslayo la figura de mi padre, que está construyendo el tejido de la historia entre la protagonista y la madre, y está cargado de un profundo pesimismo, y de esa incapacidad de comunicar la vida”, detalla.
