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Héctor Illueca Vicepresidente de la Comunidad Valenciana, participa en un coloquio sobre Anguita

“En un momento como el actual, la actitud de rebeldía de Anguita tendría mucho valor”

“En Valencia hay 8.000 viviendas de la Sareb y en Asturias 500, queremos impulsar un acuerdo para que se transfieran a las autonomías”

Héctor Illueca.

Héctor Illueca es vicepresidente de la Comunidad Valencia por la formación Podem. Además, lleva es el responsable de la Consejería de Vivienda de esa región. Esta tarde,

a las 19.00 horas, estará en la Escuela de Comercio, en un homenaje a Julio Anguita organizado por la Sociedad Cultural Gijonesa, donde se presentará el libro póstumo del político “Vivo como hablo. Combates de estos tiempos”. Illueca también se reunirá hoy con Melania Álvarez, consejera de Derechos Sociales y Bienestar del Principado, tras una ronda que le ha llevado estos días a tratar con otros responsables autonómicos de vivienda en su paso por Navarra y el País Vasco.

–¿Qué rescataría para la actualidad de la figura política de Julio Anguita?

–Lo fundamental es la manera en la que entendía la política. Para él, siempre fue una actitud rebelde, intelectual, un estado de ánimo, de rebeldía contra la alineación política y la degradación de la democracia. Representaba la esencia de una actitud que tarde o temprano tenía que cuajar socialmente, como sucedió con el movimiento del 15-M, que lo tomó como su referente. Esa herencia de Anguita, de actitud rebelde, de disposición para la acción, es más importante hoy que nunca. El mundo está cambiando muy rápidamente, estamos entrando en una nueva crisis, de guerras, inflación, subidas de tipo interés y escasez de materias primas... y es muy evidente que se van a agudizar las contradicciones sociales. En un momento como este, la actitud de Anguita tiene mucho valor. Para mí fue un maestro, con el que me vinculó el afecto mutuo.

–¿Qué preocupaciones comunes en torno a la vivienda guardan la Comunidad Valenciana y Asturias?

–Son situaciones distintas, porque los modelos económicos e inmobiliarios son diferentes, pero sí que tenemos muchos puntos en común en políticas de vivienda. Uno de los asuntos que más nos preocupa en la Comunidad Valencia es el stock de viviendas de la Sareb (el “banco malo”). Hay un gran acuerdo con la patronal, los sindicatos y las principales instituciones valencianas para que se transfieran las titularidades a la comunidad autónoma. La Sareb es el resultado de un rescate de más de 35.000 millones, en una operación que fue calificada como una gigantesca estafa. Es el resultado de muchísimo sufrimiento, de desahucios a gente pobre. En la Comunidad Valenciana hay más de 8.000 viviendas del Sareb, y hay 7.000 demandantes registrados de vivienda. En Asturias, también existe una aceptación importante: hay cerca de 500 de viviendas en la misma situación, obras en curso y solares de la Sareb libres. Hay un interés común en abordar esta situación y queremos ver las posibilidades de impulsar un acuerdo entre las autonomías para que el Gobierno nos transfiera esas titularidades.

–Asturias cuenta con un importante problema demográfico y se encuentra a 4.000 habitantes de bajar del millón. Una situación parecida a otras regiones del Noroeste. ¿Cómo se ve esta situación desde la distancia, en el Levante, donde los números son los opuestos?

–Contra lo que suele pensarse, en la Comunidad Valenciana también sucede. Hay una fractura, una brecha enorme entre los grandes núcleos urbanos, que atraen la población y la actividad económica, respecto a la periferia o la zona rural. Esto, que se llama popularmente como la España vaciada, también pasa dentro de la Comunidad Valenciana. Es fundamental que los poderes públicos tomen conciencia de la brecha de la despoblación y tomen las medidas necesarias contra ese problema. La vivienda es uno de los campos con los que mayor eficacia se puede intervenir contra esa sangría demográfica. En la Comunidad Valencia, estamos en varios de los programas de ayudas a la compra o el alquiler, o en los de subvenciones que estamos otorgando para la rehabilitación, que es un vector fundamental. Estamos priorizando los pequeños municipios, que están en plena despoblación.

–En la Comunidad Valencia, gobiernan en coalición tres fuerzas políticas de la izquierda. Pero en Andalucía no se ha llegado a tiempo a un acuerdo para un frente de este tipo. ¿Es realmente posible un acuerdo entre las izquierdas?

–La clave es salir de la guerra de descalificaciones y volver a la centralidad a la política. Bienvenido sea el debate del futuro de la izquierda, pero rechazo un debate basado en descalificaciones y la lucha por el poder sin ninguna propuesta política a un mes de unas elecciones. Vengo de la cultura de Anguita, que se basa en la construcción de un proyecto colectivo, programáticamente organizado, bien meditado. Esa es la clave. No podemos ofrecer ese espectáculo de gresca entre los diferentes partidos, que la sociedad no comprende. Así podremos construir un horizonte que pueda generar compromiso político, solidaridad e ilusión en la sociedad, que es lo que precisamente necesita ahora mismo Andalucía.

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