El Grupo Covadonga fue fiel a sus tradiciones y recuperó la popular marcha al santuario de Covadonga, tras el parón por la pandemia. Fueron cerca de cuarenta socios los que hicieron la ruta completa entre el sábado y el domingo desde Gijón al real sitio. Allí, en la misa, ofrenda floral, celebración y comida la nómina ascendió a cien participantes, entre ellos el presidente de la entidad, Antonio Corripio, o los componentes del Orfeón y del grupo de Coros y Danzas.

Los grupistas retornan a Covadonga

En esta ocasión se celebró la vigesimoctava edición de la marcha. No la hubo por culpa de la pandemia los dos últimos años, por lo que en la misa y ofrenda floral a la Santina se recordaron a los socios fallecidos en este tiempo. También se entregó un reconocimiento a tres socios grupistas, Mari Carmen Bris, Francisco Fraile e Inés Galán, que cumplieron 25 ediciones realizando la marcha.

Los grupistas retornan a Covadonga

El sábado, a las seis de la mañana desde Gijón, partieron 40 socios caminando, llegando a eso de las diez de la noche a Cangas de Onís. Allí hicieron noche y al día siguiente en torno a las diez pusieron rumbo desde allí hasta Covadonga, para completar los cerca de 77 kilómetros de ruta (65 en la primera jornada y 12 en la segunda de caminata). A la salida en Cangas de Onís, el alcalde de dicho concejo, José Manuel González, se acercó a saludar a la expedición, y recibió un recuerdo por parte del presidente del Grupo Covadonga, Antonio Corripio, con un banderín y un libro.

El orfeón y el grupo de Coros y Danzas amenizaron, bajo el buen tiempo, la intensa marcha y la jornada festiva en Covadonga, donde también hubo peticiones a la Santina, y “mucha emotividad tras dos años sin poder hacerlo y estar así todos juntos”, destacaron algunos de los participantes.

La jornada llegó a su fin con una comida de hermandad en el Hotel Pelayo, con los cien expedicionarios grupistas, que pidieron salud y muchos éxitos para el nuevo año. Y con la satisfacción de retornar a Covadonga y una tradición.