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Primeros pasos del prócer por Tordesillas

El ilustrado recorre la localidad vallisoletana cuestionando, por cara, inútil y peligrosa, la torre campanario de la iglesia de Santa María

Vista de Tordesillas.

Qué disfrute seguir los pasos de nuestro ilustre viajero a través del tiempo gracias a su legado escrito en el magistral Diario. El camino de aquel primer día de octubre de 1791 le llevaba hacia la importante población de Tordesillas, y así narra Jovellanos su trayecto: “Más viñas, más pinar, buen camino; al fin Tordesillas, lugar de mucha gente y tráfago; iglesia de Santa María, buena, remodernada: una sola nave de carácter grandioso; capillas a los lados; la mayor, semicircular. Buen retablo por el gusto de los fines del pasado, con pinturas menos que medianas, y lo mismo las demás; era noche y había poca luz; unas efigies de la Sacra Familia al lado del evangelio en el presbiterio; me parecieron del estilo de Gregorio Hernández. En la sacristía un buen cuadro de Jordán, como todas sus cosas: representa a San Antonio predicando a un pueblo muy numeroso; dos coros, alto y bajo; la entrada por el costado; bella torre, digna de Juan de Herrera, aunque yo quisiera derribarlas todas; no hay cosa más cara, más peligrosa ni más inútil en la arquitectura. Dan buen aspecto a las ciudades desde lejos. ¡Qué brava razón para sostener un uso tan bárbaro! Y digo bárbaro, porque le creo derivado de los bárbaros orientales y sus fortalezas; pasen para atalayas y para defensas, mas ¿para campanarios? No lo apruebo”.

Ya le tenemos entrando en Tordesillas y de inmediato primera descripción artística y curiosa reflexión final. Conoce un lugar aún hoy de obligada visita cuando uno se acerca a esta preciosa población vallisoletana con tanta historia, la iglesia de Santa María. Construida posiblemente sobre restos de una antigua mezquita, su traza es gótica pero con grandes transformaciones en el siglo XVII y XVIII que le dieron su aspecto actual.

Tiene un magnífico retablo que data de 1655, obra de los artistas madrileños Pedro y Juan de la Torre, aunque entallado por José de Arroyo. Destaca entre sus representaciones la talla de la Asunción con el camarín al que se puede acceder aún.

Pero sin duda es más que llamativa esa alusión que Jovellanos hace a su torre campanario que como vemos en nada place a nuestro ilustrado, más bien lo contrario, le disgusta profundamente, y lo hace extensible a otras obras similares. La torre es la más alta de la población con diferencia, es una auténtica torre vigía, de hecho, así fue usada en diferentes momentos de la historia, como por ejemplo en la guerra de la independencia. Se construyó entre los siglos XVI y XVIII con base gótica, pero con evolución clásica y toque escurialense.

Aún tiene tiempo antes de cerrar el día para indicarnos lo siguiente: “La plaza de la villa es muy pequeña y mala; las calles empedradas, pero sucias y molestas; los ruedos del pueblo abandonados; la muralla derrotada por muchas partes. En cuanto a la posada donde estoy, tengo mil temores. Ello dirá, y yo también mañana, porque si la cama es pasable y no hay chinches, no me cambio por el preste Juan”.

Menciona lugares de la población que hoy son referentes turísticos pero en aquel momento del siglo XVIII la visión que tiene dos Gaspar es bastante dispar. Así, por ejemplo, cita la plaza de la villa que Jovellanos tilda de pequeña y mala, pero que como prácticamente la mayor parte de plazas mayores en Castilla, tiene forma cuadrada y está rodeada de soportales. Las columnas son de estilo toscano de gran belleza y encima tienen dos pisos donde destacan esos balcones tan característicos de la zona. La plaza que hoy disfrutamos se inició en tiempos de los Reyes Católicos, aunque la mayor parte de la estructura actual es de finales del XVI y XVII. Que estas plazas fueron punto de encuentro social es algo obvio, pero como vemos a Jovellanos no le gustó en demasía, como tampoco sus calles empedradas por lo mal cuidadas que las vio, o su muralla que él nos dice que estaba medio derrumbada.

Mencionando precisamente la muralla tenemos que decir que su origen es medieval y data del siglo X. Una de las primeras menciones históricas de Tordesillas es del año 939, cuando Abderramán III pasa por la villa en su camino hacia el sitio de la ciudad de Zamora. La muralla rodeaba toda la villa y estaba construida de piedra, ladrillo y tapial. Tenia cuatro puertas que coincidían con los puntos cardinales: la Puerta de la Villa al norte, la del Puente al sur, la de Valladolid al este y la Nueva al oeste.

Y añade Jovellanos una coletilla al final de este fragmento que debo mencionar, cuando dice eso de “porque si la cama es pasable y no hay chinches, no me cambio por el preste Juan”.

Esta leyenda del Preste Juan ha rellenado muchas páginas en la Historia y nos cuenta que fue un rey cristiano de una tierra muy lejana e ignota. Algunos textos hablan de un país donde la pimienta crece por doquier y las gentes se suben a lomos de elefantes. Exploradores, viajeros, investigadores etc. buscaron y exploraron por la India, Etiopía o Asia Central intentando localizar este mítico personaje. Incluso las leyendas indicaban que uno de los Reyes Magos era antepasado directo del preste Juan. Hacia el año 1100 tenemos las primeras citas sobre este mítico personaje, y sus tierras fueron mencionadas por el Obispo Otto de Freising, o por el Papa Alejandro III que creyó en esta historia y que llegó incluso a enviar un médico del Vaticano para encontrar más información sobre Juan y sus exóticas tierras.

Fueron los exploradores misioneros portugueses los que lo situaron en África y quisieron encontrarlo para pedirle ayuda y convertir musulmanes al cristianismo, y fueron a Etiopía, donde describieron lugares magníficos y ricos.

El Preste Juan y sus tierras se acabaron convirtiendo en una gran leyenda ligada al folclore y la tradición, aún así, como dije, hubo muchas expediciones, costosísimas en muchos casos pero sin el logro de localizar aquellas tierras y aquel hombre.

Eso quedó en el imaginario convertido en esa coletilla que Jovellanos mencionó en su texto para cerrar el día primero de octubre de 1791 en Tordesillas.

Jovellanos inicia el nuevo día con preparativo de salida tempranera para encaminarse hacia Salamanca y nos dice así en el Diario: “Domingo, 2. Nuestra Señora del Rosario.-Tordesillas: tiene siete parroquias y además cuatro conventos: uno de dominicos, muy corto; otro de dieguinos más numeroso; iglesia nueva de una nave; cuatro altares dorados y de mal gusto; uno de monjas de San Juan de Jerusalén, y otro de clarisas, rico y lleno de privilegios por haber morado en él la reina doña Juana, viuda de Felipe I, en el tiempo de sus desvaríos; el más notable privilegio es el de nombrar en la villa juez de alzadas”.

Es evidente que Tordesillas sigue siendo núcleo monumental y con mucha historia tras sus limites, junto a iglesias como San Pedro, Santiago, Santa María, San Antolín o San Francisco estaban esos conventos y monasterios que don Gaspar cita, pero sobre todo en el que él hace hincapié, por la residencia larga de Juana, la mal llamada loca, que es el esplendoroso convento de Santa Clara.

Antiguo palacio construido por Alfonso XI en el siglo XIV, y que fue convertido posteriormente en monasterio por deseo testamentario de Pedro I a través de su hija Beatriz donde le mandaba transformar el palacio en convento de monjas clarisas, así aconteció en 1363, cumpliendo el deseo del rey. Es sin genero de dudas uno de los mejores ejemplares de arte mudéjar en España. Hoy se visitan distintas estancias como el patio árabe, la Capilla Dorada, la iglesia, o la fantástica capilla de los Saldaña.

De hecho, el retablo del altar de la capilla mayor de la iglesia es de alabastro y se hizo aún en vida de Juana con una hermosa representación gótica del Calvario, y la citada capilla de los Saldaña, uno de los conjuntos escultóricos góticos más importantes.

El recorrido de nuestro ilustre viajero continua sin demora, pero algunos lugares del camino por donde transita serán dignos de ser mencionados y descritos por la pluma de nuestro protagonista, aunque eso lo vemos ya en el próximo capítulo.

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