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El Ayuntamiento de Gijón concede sus distinciones por aclamación

Representantes del Centro de Educación de Personas Adultas, medalla de oro, y “Quiquilimón”, la Fundación Alpe y Felisa Soria, medallas de plata, reciben con "emoción" los honores de la ciudad

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Por la izquierda, Chus Casado, Julia Magdalena García, Carmen Alonso y Felisa Soria, esta mañana, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Gijón. MARCOS LEON

Aún habrá que esperar al 29 de junio, día de San Pedro, para que las medallas que simbolizan el reconocimiento de su ciudad caigan sobre su pecho pero esta mañana el Pleno del Ayuntamiento ha aprobado, por aclamación, la concesión de la medalla de oro de la villa al Centro de Educación de Personas Adultas y las de plata a la Fundación Alpe Acondroplasia, la compañía de teatro Quiquilimón y la trabajadora municipal Felisa Soria Caro, todos ellos presentes este viernes en el salón de plenos de la Casa Consistorial, donde mostraron "su emoción" por las distinciones. Sus nombres y sus trayectorias se suman al listado de personas y entidades a las que Gijón ha rendido honores a lo largo de su historia. La alcaldesa, Ana González, introdujo el pleno destacando que hoy es la ciudadanía, a través de estas personas y entidades, la absoluta protagonista del pleno y de nuestra atención

Para el Centro de Educación de Personas Adultas esta medalla es la guinda del pastel de su 40 cumpleaños. Empezaron en el curso 82-83 en un pequeño edificio del bloque de casas de Juliana Constructora, en La Calzada, para tener ahora sede central en la calle Jove y Hevia, otra complementaria en Margarita Xirgu y haberse expandido a los concejos vecinos de Candás y Villaviciosa. Cada curso tres mil alumnos, la mayoría mujeres, buscan en el CEPA los conocimientos que les ayuden a mejorar su nivel académico. Sea el que sea. En unos casos se trata de dejar atrás el analfabetismo, en otros dar el salto a estudios superiores después de tiempo descolgados de las aulas. Para todos hay un sitio en un centro que tiene ya el premio “Miguel Hernández” del Ministerio de educación y el premio nacional de Educación a la calidad.

El oro de esta medalla que ahora les da Gijón les reconoce ser “instrumento fundamental para la formación de las personas de cualquier edad y situación social” y un trabajo que tiene mucho que ver con la lucha contra la exclusión social y favorecer la igualdad de oportunidades para acceder al mundo laboral.

Luchar por esa igualdad de oportunidades, en este caso concreto de hombres y mujeres, está en el ADN personal y laboral de Felisa Soria que recibe la medalla de plata de Gijón a pocos meses de jubilares como trabajadora de un ayuntamiento al que llegó en 1983 para dar un curso de educación sexual en la recién fundada Universidad Popular. Diez años después era la coordinadora de programas. En 2007 asumió la dirección de la Oficina de Políticas de Igualdad, puesto que ocupó durante 14 años.

Su compromiso con la participación, el asociacionismo, la educación y el feminismo se dejaron sentir en sus horas de trabajo, pero también en otros proyectos. Desde la promoción de la Tertulia de Mujeres de El Llano a la coautoría del libro “El Ateneo de La Calzada. La medalla de plata reconoce “su dedicación al fomento de la educación popular y la participación como palancas para la formación de una ciudadanía libre y crítica y su aportación a la igualdad entre hombres y mujeres”.

“Quiquilimón” fue un colectivo de animación de calle antes de ser una empresa pero en sus 42 años de vida, recién terminada, siempre ha sido la demostración de la pasión de Rosa Garnacho y Chus Casado por el teatro. Más de cuarenta producciones estrenadas, todas ellas dirigidas a la infancia y la juventud, la organización de desfiles de Antroxu en muchos municipios asturianos, especialmente en el Gijón que ahora les concede una medalla de plata, y una sala con su mismo nombre en la calle Pedro Duro, que durante dos décadas fue referente de la vida cultural de la ciudad son solo algunas de las razones para llevarse este premio en su despedida.

Por eso la concesión de la medalla que recibirán Casado y Garnacho se justifica tanto “en la defensa y promoción de las artes escénicas” como en “su contribución a revitalizar la tradición del Antroxu Gijón” sin olvidar “su entusiasmo y tesón personal y profesional”.

El “benjamín” de los medallistas de este año es la Fundación Alpe Acondroplasia pero sus 22 años de trabajo han bastado para, como se indica en la propuesta de acuerdo de la concesión de la medalla de plata, “haberse convertido en nuestro orgullo como ciudad integradora, amigable y solidaria” y haber hecho de Gijón “referencia mundial” a través de la organización de todo tipo de encuentros nacionales e internacional en torno a la realidad de la acondroplasia.

Pero más que lo que ha hecho por Gijón la importancia del proyecto que impulsó Carmen Alonso es lo que ha hecho por la inclusión y la mejora de la calidad de vida de las personas con acondroplasia y otras displasias esqueléticas que causan enanismo. Su labor ya se vio reconocida con la Cruz de Oro de la Orden Civil de Solidaridad Social.

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