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Dudas y quejas en el primer día de pegatina ambiental: «No se le ve mucho sentido»

Los motoristas temen que los adhesivos se «despeguen con facilidad» y Foro pide revisar el cumplimiento de la norma en la flota municipal

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Dudas y quejas en el primer día de pegatina ambiental: «No se le ve mucho sentido»

Confusión entre los conductores, especialmente entre los motoristas, más colas en las oficinas de Correos de la ciudad, dudas sobre lo que implica y lo que no la nueva norma y mucha controversia a pie de calle. Así entró ayer en vigor la obligación de exhibir la etiqueta medioambiental de la Dirección General de Tráfico para todos los vehículos, estén o no censados en Gijón, que por sus condiciones puedan acceder a ella. La Policía Local está capacitada desde ayer multar con 90 euros a los conductores que pudiendo llevarla en la luna no lo hagan. El nuevo escenario genera división entre los gijoneses. Los hay quienes consideran que la imposición «tiene afán recaudatorio» y los que la apoyan por «proteger el medio ambiente».

La medida afecta a todos los vehículos, ya sean turismos, camiones, autobuses, motocicletas o ciclomotores. La confusión hizo mella sobre todo en los usuarios de estos dos últimos tipos de vehículo. Lo sufrió Esteban Costa, un gijonés que ayer realizó varias llamadas al Ayuntamiento y a la ORA para resolver sus dudas. Fue la Policía Local la que le confirmó que su moto también tenía que llevar la pegatina. «Puede ser un problema porque, al contrario que en los coches, en una moto se puede despegar fácilmente», opinó. Por sorpresa le cogió la norma a Roberto Herrero, de 42 años y que hace una semana se afincó en Gijón procedente de Madrid. «Allí ya era obligatoria, pero no sabía que aquí también», dijo. «Lo veo una forma de sacarte cinco euros. Gijón no es Madrid. No se le ve mucho sentido», añadió.

La norma generó mucha confusión entre los conductores por si trae aparejadas algunas restricciones. La regla se contempla en la nueva ordenanza de Movilidad Sostenible no implica nuevas restricciones para los vehículos que por su antigüedad ya no puedan acceder a los distintivos. Estos pueden seguir circulando pero no aparcar en la zona azul. Ni los parquímetros ni las aplicaciones móviles les expiden el ticket desde el pasado 1 de abril. La prohibición de circular para estos vehículos entra en vigor el 1 de enero del 2016. Hay dos excepciones. La primera, los que tengan la consideración de históricos y de forma «excepcional» se permitirá también circular a vehículos registrados en Gijón por las zonas restringidas con un tope de 2.500 kilómetros al año con una declaración responsable del titular del vehículo.

Muchos conductores trataron de hacerse ayer con la etiqueta ambiental, lo que implicó que tuvieran que hacer frente a grandes colas en las oficinas de Correos de la ciudad. Fue el caso de Nacho Valdés, el propietario de un Opel Corsa del año 2007. «Pasé ya tres veces estos días y había una cola infernal. Volví hoy –por ayer– y aún había cola», afirmó. «Tengo miedo de que me multen, basta que sea el primer día para que no pasen una. Tampoco sabía que los ciclomotores teníamos que llevarla», dijo Alberto Mora, otro afectado.

Por su parte, Foro reclamó ayer el listado de la flota de vehículos municipales, tanto de empresas como de contratas, para conocer si cumplen las restricciones que impone la ordenanza de movilidad. Lo pedirá en la próxima comisión de Hacienda y lo hace porque hace un año Foro pidió información sobre la antigüedad de esta flota. Según estos datos, de los 380 vehículos examinados había 112 que no tenían ya forma de conseguir el distintivo. «No sería admisible que no se hayan renovado esos 112 vehículos. La Administración no puede exigir a los ciudadanos cumplir unas normas que ella misma se salta a la torera», apuntó el portavoz municipal de Foro, Jesús Martínez Salvador.

El aumento de las ventas de las pegatinas no solo se ha disparado en Gijón, con colas de hasta una hora en algunas oficinas como la central, en la plaza del Seis de Agosto. También lo ha hecho en otras ciudades de Asturias donde en las sucursales de Correos comienzan a escasear los distintivos. «Está casi todo agotado. Vuelan», comentó ayer por la tarde un empleado de la sucursal ovetense de la calle León y Escosura donde solo quedaba la pegatina azul, la del «0». También se notó el impacto en la oficina de la plaza Eduardo Merediz de La Felguera, donde se temían que de no llegar más unidades en el día de hoy tuvieran que esperar a la semana que viene para poder dar a basto. «Está viniendo mucha gente a pedirlas», añadió una empleada de la oficina de Mieres ubicada en la calle Juanín de Mieres donde no quedan ni la etiqueta «B», ni la «C». En Salinas, en el concejo de Castrillón, también hubo muchas colas y se agotó la etiqueta «C»

La venta de distintivos se dispara en toda Asturias

En Gijón, los contrarios a la medida no son pocos. Uno de ellos es Diego Barril, un joven de 33 años que ayer aparcó en la calle Marqués de San Esteban en la zona azul. «No me parece ni bien ni mal porque mi coche puede sacar la pegatina, pero es innecesario», aclaró. «Es verdad que el desconocer la norma no exime de su cumplimiento, pero espero que no vayan a multar a nadie de fuera por esto. Se debería de dar algún tipo de aviso», comentó respecto al hecho de que la Policía Local también pueda multar a los turistas. Ayer, por cierto, sí que se pudieron ver algunos autobuses informando de la situación con las pegatinas. 

«Es algo que no entiendo. Al final la Policía Local y cualquiera que pase por la calle puede ver qué pegatina tienes que llevar solo mirando la matrícula», comentó Alfonso López, un conductor que dijo esto en la calle Rodríguez San Pedro. «Entiendo que se trate de fomentar el transporte público, pero hay que recordar también que después de la pandemia hubo mucha gente que le pilló miedo», añadió. 

Más cabreado se mostró Sergio Tineo, un ovetense que ayer se acercó a Gijón para ver a un amigo. «Creo que es una forma de sacar dinero. En Oviedo, de momento no lo hay, aunque yo me enteré del tema estos días. La tengo desde hace seis o siete años. Creo que se debería de dar intentar un periodo de gracia o un aviso previo antes de multar», finalizó, respecto a una norma que ya está en vigor y que está siendo muy polémica en Gijón. 

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