Siete meses de prisión, dos años de alejamiento a 500 metros y el pago de una multa de 180 euros es la condena impuesta a un gijonés por acosar a su expareja sentimental, a la que llegó enviar hasta 50 mensajes al día y hacerle multitud de llamadas tras la ruptura. La sentencia, ratificada por la sección octava de la Audiencia, señala además que este individuo llamaba a los amigos de su expareja, comenzó a difamar a la afectada al enterarse que había iniciado una nueva relación con otra persona.
La actitud de este hombre fue considerada en la sentencia como acoso de carácter persistente. Pasó de los mensajes diciéndole que la quería y que ella debía estar con él y que no soportaría verla con otro a la difamación. Además, la situación provocó en su víctima “una alteración grave de su vida cotidiana que desembocó en un ataque de ansiedad” por el que precisó asistencia médica, refleja la sentencia.
