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Un tesoro que "vuelve a casa": el de Augusto Junquera-Huergo

La Casa Natal Jovellanos expone 217 obras del artista ovetense, donados por sus herederos, que viven en Canadá

Por la izquierda, Prometeo Modarnás, Yolanda Josefina Rey Junquera-Huergo, Manuel Ángel Vallina, Saturnino Noval y Lucía Peláez, ayer, en el Museo Casa Natal Jovellanos durante la presentación. | Juan Plaza

Un tesoro oculto desde hace alrededor de ochenta años, repartido en 217 obras de pequeño formato, entre pinturas, acuarelas y grafitos sobre papel, y con la firma del asturiano Augusto Junquera-Huergo Lavín (Oviedo, 1869-1942) vio ayer la luz por primera vez en el Museo Casa Natal Jovellanos, en Gijón, gracias al altruismo de la sobrina nieta del artista, Yolanda Josefina Rey Junquera-Huergo, convencida de la importancia de que "el patrimonio que es del pueblo, debe disfrutarlo el pueblo". Son obras que nunca salieron de los muros familiares, que partieron de Asturias hasta Kingston (Canadá), donde vive la donante junto a su marido, Prometeo Modarnás Nebot, y que ahora "han vuelto a casa".

Retrato de Augusto Junquera-Huergo Lavín.

La exposición "Un viaje de ida y vuelta" permite, en palabras de su comisario, Saturnino Noval, "un mayor conocimiento del artista y sus métodos de trabajo" además de mostrar "el entorno social" en el que desarrolló su vida este pintor de carácter retraído, uno de los más destacados pintores de la generación asturiana del naturalismo. La muestra, abierta al público hasta el 2 de octubre, se divide en cinco temáticas: "Interiores domésticos", "La ciudad de Oviedo", "La Real Academia de San Fernando", "Paisajes Asturianos" y "Retratos familiares".

Felipe, hermano de Augusto Junquera-Huergo.

Todas las obras expuestas llegaron a manos de Yolanda Josefina Rey en 2001, cuando falleció su madre. Aprovechando un viaje a Asturias se los llevó a Canadá. Todo cambió a raíz de la jubilación de Prometeo Modarnás: "Hace veinte años me jubilé y pude ponerme a examinar todo lo que había y entendí que era un tesoro que merecía estar expuesto en algún sitio para que el público lo disfrutara".

Las gestiones llevadas a cabo fijaron la Casa Natal Jovellanos como escenario, pues, "a pesar de que él vivió en Oviedo, por motivos laborales de su padre, su familia siempre fue de Gijón". Solo la pandemia retrasó esta exposición, que comenzó a fraguarse con el envío paulatino de todas las obras, cruzando de nuevo el charco. "Es fundamental que se cuide el patrimonio que tenemos, que vuelva a su casa y que el pueblo lo pueda disfrutar", coinciden los herederos del artista, que ayer estuvieron presentes en la inauguración de la exposición junto a la directora del museo, Lucía Peláez, y el concejal de Cultura, Manuel Ángel Vallina.

Dos vistas de la exposición. | Juan Plaza

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