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Aprender a tocar el pasado

Los talleres de música antigua vuelven al Antiguo Instituto tras dos años de parón: "Es una manera de adquirir conocimientos y socializar"

Iván Fernández, a la izquierda, durante una clase de guitarra barroca y tiorba, ayer. | Ángel González

La profesora Inés Montaña entonaba ayer, clave en mano y ante una decena de alumnos, las notas de una melodía: "Do, re, do, si, fa...". Es una de las docentes del nuevo curso instrumental que acoge esta semana el Antiguo Instituto en el marco del Festival de Música Antigua, una iniciativa con la que los organizadores buscan fomentar la historia de la música renacentista en la región. La mayoría de los más de 30 estudiantes inscritos, en realidad, ya tiene experiencia en el gremio, pero incluso los más expertos reconocían ayer estar aprendiendo cosas nuevas. "En estas dos horas he descubierto cosas que eran completamente desconocidas para mí", señaló Isabel Díaz, que acumula 10 años de piano y tres de profesional de órgano a sus espaldas.

A su lado, también con la clave, Jorge Quiroga experimentaba ayer con otra melodía bajo la supervisión de Montaña. Tras 15 años tocando el piano, contó que se ha animado a probar suerte con los instrumentos antiguos en un intento de "buscar respuestas". "El piano se ha beneficiado a lo largo de la historia de Bach, de Mozart... Pero ellos tenían otros instrumentos y, por tanto, otros sonidos", destacó.

El profesor de flauta Gonzalo Llao, ayer, dando clase a los alumnos Yago y Pelayo Iglesias en el Antiguo Instituto. | Ángel González

En otra sala, los hermanos Yago y Pelayo Iglesias, de 13 y 16 años respectivamente, creaban armonías con la flauta de pico contralto. El mayor, que repite experiencia en el curso, lo recomienda porque, según aseguró, "es una manera de aprender cosas nuevas y de socializar". Esto último, sin embargo, no había sido fácil en los dos años anteriores, en los que los encuentros se habían visto reducidos a reuniones de Zoom, Skype o vídeos de Youtube, según explicó Marc Sunyer, que participa estos días en el curso como profesor de violonchelo. "El taller está diseñado para la práctica en grupo, lo que lo hace enriquecedor porque aprenden unos de otros", destacó Iván Fernández, también docente, que enseña a alumnos como Andrés Rubio y Adrián Suárez a tocar la tiorba y la guitarra barroca. "Recomiendo el taller a quienes van al Conservatorio y quieren saber cómo evolucionó la música para apreciar distintas afinaciones y detalles", señaló Suárez, un alumno ya recurrente del curso. Manuel Viejo, de 15 años, coincide con Suárez. Él empezó a tocar la viola da gamba, el antecesor del violín, "por pura casualidad", y desde entonces han pasado ya siete años.

El concierto de clausura que solía cerrar el curso antes de la pandemia será sustituido este año por una audición a puerta cerrada y por grupos que se celebrará este viernes. Hasta entonces, a ensayar.

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