El corazón del Sur cumple 20 años latiendo. El Centro Municipal Integrado (CMI) Gijón-Sur celebra dos décadas convertido en una referencia para todos los vecinos de la trama urbana más alejada del Cantábrico. Inaugurado a finales de julio de 2002 por Paz Fernández Felgueroso como alcaldesa y por Vicente Álvarez Areces como presidente del Principado y ubicado en el número 7 de la calle Ramón Areces, el equipamiento, un coloso de 10.600 metros cuadrados, cuenta con biblioteca, salón de actos, equipamientos deportivos y servicios municipales para realizar numerosas gestiones. Todo a dos pasos de casa para los miles de vecinos a los que da servicio.

Para conmemorar la efeméride, LA NUEVA ESPAÑA reunió ayer a residentes y responsables de centros educativos de la zona sur junto al edificio, que desde 2015 lleva el nombre del empresario José Gonzalo Fernández Mieres. Acudieron María Jesús Martínez, líder vecinal de Nuevo Gijón, La Braña y Perchera; María del Mar Vázquez, presidenta de la asociación de vecinos de Montevil; José Miguel Bernardo, presidente de la asociación de vecinos de Nuevo Roces; César Suárez, director del instituto público de Montevil; Begoña Seijo, directora del instituto público de Roces y Alberto Ferrao, exconcejal de Cultura, Educación y nuevo director del colegio de Pumarín. Los seis destacan las bondades del CMI. "Siempre tiene las puertas abiertas. Es una clara referencia para nosotros", afirman.

Con una inversión de seis millones de euros. O sea, mil millones de las antiguas pesetas, Gijón-Sur significó la consolidación de la línea municipal de descentralizar la administración, política que caracterizó los mandatos de Vicente Álvarez Areces y Paz Fernández Felgueroso. Técnicamente, el CMI de El Coto, inaugurado en 1998, marcó la línea a seguir, aunque desde hacía años ya se prestaban algunos servicios en el Ateneo de La Calzada, que fue paradójicamente el último en unirse a la red en 2007. Siguió el CMI de La Arena, en 2001; luego Gijón-Sur y El Llano, en 2007. Cinco edificios, como cinco ayuntamientos, pero solo para una ciudad.

Con proyecto diseñado por el arquitecto gijonés José Quidiello, el centro de Pumarín tiene de todo: oficina de atención a la ciudadanía, cajero ciudadano, biblioteca, aulas polivalentes, salón de actos, mediateca, piscina, gimnasio y más cosas. "Para la gente de Montevil cumple con todo lo que se pretendía. Está fenomenal", puntualiza María del Mar Vázquez. Opinión también compartida por María Jesús Martínez. "Para los vecinos significa mucho. Evita tener que bajar al Ayuntamiento", dice. El CMI de Pumarín nació antes que Nuevo Roces, pero también da servicio allende la ronda sur. "Para un barrio al que se le prometió de todo y no tiene de nada, es una referencia", afirma Miguel Bernardo.

"Es el complemento perfecto a nuestras instalaciones", cuenta César Suárez, que tiene una línea similar a la de Begoña Seijo. "Siempre tiene las puertas abiertas", aplaude. Alumnos de ambos centros utilizan el CMI a diario. "Sirven para dar proximidad, desde el punto de vista cultural, deportivo y administrativo y eso genera sentimiento de pertenencia al barrio y a la ciudad", sentencia Ferrao sobre el corazón de la zona sur, que lleva 20 años latiendo.