Un hombre aceptó ayer ocho meses de prisión por conducir ebrio, drogado, a más de 170 kilómetros por hora y arremeter contra un agente. Además, el juez le ha impuesto la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante el periodo de 16 meses. Y deberá cumplir con una multa durante cuatro meses, en los que abonará un total de cinco euros diarios, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago.

Los hechos ocurrieron la tarde del pasado día 9, cuando el acusado circulaba por la calle Marqués de San Esteban de Gijón, tras haber ingerido alcohol "entre 0,30 y 0,19 mg/l". A consecuencia de esta ingesta daba trompicones y constantes frenazos con el vehículo, según el relato de testigos presenciales. Los agentes, en vista de las condiciones que presentaba el conductor, le dieron el alto y, al ver que no paraba, emprendieron una persecución tras él con señales luminosas para que detuviera el vehículo.

No obstante, el conductor hizo caso omiso a la demanda de los policías. Durante la persecución por el centro de la ciudad, el conductor llegó a invadir el arcén y se saltó un semáforo peatonal obligando a un grupo de personas a detener su marcha para no ser atropelladas. Después, continuó su huida por la calle Puerto de Leitariegos, ya en el barrio del Polígono, hacia Puerto de Ventana y logró acceder a la autopista, por donde circuló a 170 kilómetros por hora. Durante todo el trayecto, realizó cambios bruscos de carril.

Una vez que los agentes de policía lograron que detuviera el vehículo, a la altura del kilómetro 634 de la A-66, el hombre comenzó a mostrar una actitud violenta. Intentó arremeter contra uno de los policías. Aunque, finalmente, cayó al suelo tras ser reducido por uno de los agentes y no hubo daños que lamentar.

Además, de estos signos, violencia y alcoholismo, los agentes también se dieron cuenta de que el acusado mostraba una actitud sospechosa. El acusado presentaba signos de nerviosismo, se mostraba desafiante y agresivo, tenía la nariz roja, rostro enrojecido y sudoroso, hablaba de forma tirante y tartamudeaba. Por lo que, ante estos indicios, los agentes procedieron a hacerle un control de drogas, en él dio positivo en estupefacientes; cocaína y THC.