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Diez años de cárcel por abuso sexual a un niño de 13 años en los baños de El Lauredal

El agresor, un sexagenario, citaba a la víctima en los aseos de un parque para realizarle felaciones y lo vigilaba desde la ventana de su casa

Baños del parque de El Lauredal donde el agresor citaba a su víctima. Marcos León

Un gijonés de 60 años ha sido condenado a diez años y un día de cárcel por abusar sexualmente de un menor de edad, a quien citaba en los baños del parque de El Lauredal para practicarle felaciones. La víctima, de 13 años, sufre síntomas postraumáticos y depresivos y se encuentra a tratamiento psicológico y psiquiátrico. El agresor, condenado ahora por la Sección Octava de la Audiencia Provincial, no podrá desempeñar trabajos que impliquen estar con menores de edad durante los próximo 13 años y deberá indemnizar a la víctima por daños morales con 3.000 euros. Ante la sentencia, cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

La Audiencia ve probado que el agresor "estaba muy pendiente" del menor y que le observaba desde la ventana de su vivienda –acusado y víctima eran vecinos– cada vez que salía a la calle. La madre del niño comenzó a percatarse de este detalle y fue una de las sospechas que la llevaron a pensar que algo iba mal. Otro detalle que alertó a la progenitora fue que su hijo apareció un día con un teléfono móvil. En un principio puso excusas y aseguró que se lo habían dejado prestado en una asociación del barrio, pero al final fue el propio investigado quien acabó confesando que se lo había regalado. Poco tiempo después, el pequeño acabó confesando los abusos, y los informes presentados en el juicio, señala el tribunal, "permiten dar credibilidad" al relato del menor, ya que su versión de lo ocurrido coincide en todas las ocasiones en las que tuvo que declarar, tanto con los policías, como con forenses y médicos, y a lo largo del propio proceso judicial. Siempre expuso lo ocurrido "de forma idéntica y sin incurrir en contradicciones".

Entiende también el tribunal que el acusado, que responde a las iniciales A. M. G. y nació en el año 1962, se aproximó a la víctima "con la intención de satisfacer sus deseos libidinosos" en el segundo trimestre de 2018. El pequeño tenía entonces 13 años. Para ganarse su confianza, le regaló el citado teléfono, y le cito varias veces en los baños del parque de El Lauredal, donde le realizó tocamientos y felaciones. El pequeño contó que le mandó acudir para episodios similares a los baños del Ateneo de La Calzada. Además del móvil, este individuo le daba también pequeñas cantidades de dinero después de cada encuentro.

Los hechos, tal y como decía la Fiscalía y la acusación particular del menor, ejercida por la abogada Yolanda Payo Cimadevilla, son constitutivos de un delito continuado de abuso sexual a un menor de 16 años. La condena de diez años y un día de cárcel pide la Audiencia que se complemente con un periodo de libertad vigilada durante otros seis, un periodo durante el cual el agresor no podrá acercarse a menos de 500 metros a ninguno de los entornos que frecuente la víctima, principalmente su casa y su centro escolar, ni contactarle por cualquier medio.

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