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Bomberos revisará con periodicidad el Monte Areo "para evitar que el fuego se reavive"

La caída de temperaturas y la lluvia permiten humedecer la zona afectada por el incendio, aunque aún hay puntos con humo activo

Ramas quemadas y apiladas en la zona del incendio, ayer. | Marcos León

El incendio del Monte Areo, que obligó a trabajar durante tres días completos a los efectivos del servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos de Gijón (junto a Bomberos de Asturias, incluido el helicóptero), está ya extinguido, pero por precaución, se seguirá inspeccionando la zona en los próximos días para evitar "que el fuego se reavive". "Hay que estar pendientes de la evolución de la meteorología, y estaremos pendientes para prevenir que vuelva a producirse algún problema en la zona", explican fuentes del servicio de Bomberos de Gijón.

Las condiciones meteorológicas desde la tarde del jueves fueron precisamente favorables para extinguir las llamas, que afectaron a un perímetro de tres kilómetros y quince hectáreas de superficie y que afortunadamente no llegaron a afectar a las viviendas próximas. La lluvia caída en esas últimas horas permitió "enfriar" toda la zona del Monte Areo, aunque ayer viernes todavía se veía algún punto en el que salía persistía el humo, e incluso alguna llama aislada. "Seguiremos pasando todos estos días, porque si vuelve el calor, tal y como está la zona afectada, podría volver a avivarse el incendio y tendríamos que volver a empezar", estiman los expertos encargados de las labores de extinción.

Los problemas a los que se refieren los bomberos, y que también denuncian los vecinos de las parroquias próximas (Poago, San Andrés de los Tacones y Monteana), son la falta de cuidados en el Monte Areo, con la maleza invadiendo los caminos –que en muchas ocasiones actúan como cortafuegos ante estos episodios– y hojas secas y ramas apiladas que dificultan las labores de extinción de las llamas. Es frecuente, argumentan las fuentes consultadas, que en la zona se produzca la tala de árboles, llevándose el tronco, pero dejando en el lugar las ramas. "Eso va creando capas y hace muy difícil llegar abajo, y por mucho agua que eches es difícil que se apague", explican desde el parque de bomberos de Roces. La limpieza de los montes, coinciden, es fundamental para evitar estos episodios.

Otro de los problemas con los que se encontraron los efectivos desplazados es la altura de los eucaliptos que abundan en el Monte Areo, y que "funcionan como un paraguas" cuando se echa agua desde el aire, como hicieron bomberos de Asturias el pasado jueves. Los desniveles del terreno también supusieron una dificultad para la actuación de los efectivos desplazados.

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