Una persecución espectacular por las calles de Gijón, desde El Natahoyo hasta la avenida de Pablo Iglesias, permitió detener la pasada madrugada a un conductor de 42 años, que se encontraba bajo los efectos de sustancias estupefacientes y fue acumulando infracciones en materia de seguridad vial. Se saltó semáforos en rojo, todo tipo de señales y hasta circuló en dirección prohibida desde que comenzó a escapar de los agentes que le sorprendieron en la avenida de José Manuel Palacio, antes Juan Carlos I. El arresto, además, no fue sencillo y movilizó a gran número de patrullas dado el estado de excitación que presentaba el sospechoso.
Según explican fuentes municipales, cuatro unidades de la Policía Local de Gijón se sumaron a la intervención después de que se recibiese la alerta, a las 1.13 horas, de que un conductor "estaba incurriendo en conducción temeraria, al no respetar semáforos, señales de stop y de dirección prohibida, además de conducir con exceso de velocidad". La actuación dio lugar a una persecución que se inició al localizar el vehículo, un BMW, en la avenida de José Manuel Palacio y discurrió por varias vías del centro de la ciudad, hasta que el conductor terminó por perder el control y acabó estrellándose contra otros dos coches estacionados a la altura del número 60 de la avenida de Pablo Iglesias, poco antes del cruce con la calle Leopoldo Alas. Los vehículos estacionados sufrieron daños, al igual que dos de los vehículos policiales y varios contenedores a lo largo de la persecución.
Al ser interceptado, se comprobó que el conductor, que responde a las iniciales I. V. A., "presentaba señales de hallarse bajo efectos del consumo de sustancias y un fuerte estado de excitación", confirman las mismas fuentes. Ante su resistencia, "se hizo necesaria la intervención de seis agentes para reducirlo y trasladarlo posteriormente al Hospital de Cabueñes, donde se le realizaron pruebas toxicológicas". Las diligencias que se enviarán al Juzgado de Guardia le atribuyen un delito de "conducción temeraria con agravante de desprecio a la vida de los demás". No se registró ningún daño personal durante el suceso.
