Una gijonesa de 47 años, vecina del barrio de Pumarín, acaba de ser condenada a una pena de 22 meses de cárcel por un delito continuado de estafa, con la agravante de abuso de confianza, después de saquear la cuenta de su compañero sentimental, aprovechando que este hombre se encontraba cumpliendo prisión.
La procesada, también con antecedentes, realizó distintas retiradas de dinero entre enero y mayo de 2019 utilizando la cartilla bancaria de su pareja. En concreto, fueron seis operaciones en las que sacaba distintas cantidades de 300, 100 o 50 euros gracias a que, dado el vínculo personal, conocía el código pin para poder llevar a cabo esta práctica.
El afectado comenzó a sospechar de lo que estaba ocurriendo cuando todavía se encontraba en prisión y optó por denunciar los hechos. La mujer fue detenida, pero negó todo tipo de responsabilidad. Es más, culpó de la retirada del dinero al hijo de su pareja. Pero la investigación policial llevada a cabo permitió desmontar esa versión, ratificando que el hijo del titular de la cuenta bancaria desconocía el código pin de su padre. De hecho, no fue hasta que el padre le hizo un poder a su hijo para que tuviera acceso a su cuente que se dieron cuenta de la estafa que habían sufrido.
En el juicio, la mujer, que afrontaba hasta dos años de cárcel, fue finalmente condenada a 22 meses de cárcel y la devolución de los 1.620 euros (el dinero que se pudo demostrar que había cogido) más los intereses legales.
