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Condenado a 15 años por intentar asesinar a su expareja, malos tratos y lesiones

El reo atacó a la mujer cuando estaba acostada, pero ella pudo salir de la casa a pedir auxilio al romperse el primer cuchillo que empleó el agresor

Durante los 39 años que duró su relación la maltrató física y psicológicamente, llegando a conseguir incluso que su hermano, que vivía dos pisos más abajo en el mismo edificio, no pudiera subir a verla porque a su pareja le molestaba. Cuando en agosto de 2020 la mujer por fin decidió romper la relación tóxica, aún le dio varias semanas de plazo a Rafael Herrero Elena para que se buscara otro lugar donde vivir, dejando la vivienda que compartían en la Avenida de la Constitución, propiedad de la mujer. Él se lo pagó intentando asesinarla. La intervención providencial de su hermano y del vecino de puerta, que habían escuchado los gritos, logró impedirlo.

Ahora, la sección tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo ha condenado a este gijonés, que está en prisión provisional desde el día de los hechos, el 16 de septiembre de 2020, a 15 años de prisión, 13 por un delito de asesinato intentado y uno y medio por maltrato habitual, mas 6 meses por lesiones al hermano de la mujer, a lo que se suman otros 16 años posteriores prohibición de residir en Asturias, cinco de ellos en libertad vigilada, más otros 4 años de alejamiento del domicilio de la víctima y prohibición de acercársele a menos de 500 metros. El condenado cuenta ahora 69 años. La víctima, defendía por la letrada Ana M. del Río, tenía 63 cuando intentó acabar con ella.

La sentencia considera que el agresor, preparó el asesinato con alevosía. El día anterior a tener que dejar el domicilio, le había pedido "amablemente" a la víctima el día anterior que al día siguiente le ayudara a terminar la mudanza, empaquetando un mueble. Un engaño. Hacia las siete menos veinte de la mañana, mientras la víctima se encontraba en su cama, el condenado cogió un cuchillo de 15 centímetros de hoja de la cocina "se sentó en la cama y sin mediar palabra, con ánimo de acabar con su vida, la agarró del pelo tirando de su cabeza hacia atrás, cogiéndola con fuerza del cuello para, con la otra mano, empezar a asestarle puñaladas", la primera dirigida al cuello y luego al pecho y al abdomen, señala la sentencia. Si no la mataron los tajos es porque la mujer interpuso sus brazos en los que recibió cuchilladas de hasta 10 centímetros que le llegaron hasta el hueso en algún caso. Otras puñaladas le fracturaron varias costillas.

Cuando ese primer cuchillo se fracturó, el agresor fue a la cocina a por otro mayor, de 20 centímetros de hoja, con el que dio caza a la víctima cuando intentaba huir de la casa, asestándole nuevas cuchilladas en brazos y cabeza mientras la arrinconaba contra la pared del rellano de la escalera.

Un vecino, contra el que también arremetió, salió a socorrerla y su hermano, sin saber que los gritos eran de ella. El hermano, representado por la abogada Pilar Menéndez Cueto, logró inmovilizar al condenado hasta que llegó la Policía, mientras Rafael Herrero Elena seguía intentando alcanzar con su cuchillo a la mujer. También ha sido condenado a indemnizarlos.

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