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El padre Chus, tras su ataque: "Tenemos todos nuestro momento, y no era el mío"

El exsacerdote resta importancia al apuñalamiento del "pobre Mohamed": "Luego quiso estrangularme, pero me salvaron la vida"

Jesús María Menéndez. Juan Plaza

Con la misma vitalidad de siempre, convencido de que no va a presentar denuncia alguna y compadeciéndose "del pobre Mohamed". "Él está mal, el pobre es una persona con problemas mentales. Son cosas que pasan". Con estas palabras exonera Jesús María Menéndez Suárez, conocido popularmente como el padre Chus, al joven marroquí que la semana pasada le apuñaló en el cuello. El exsacerdote explica a LA NUEVA ESPAÑA cómo ocurrió todo aquella tarde en su piso de la calle Donato Argüelles, quitando hierro al grave episodios. "Todos tenemos nuestro momento, que es cuando Dios quiere. Y no era mi momento", asegura.

El pasado 28 de julio transcurría como un día normal en la casa del padre Chus. Sobre la hora de comer, llegó el joven marroquí. "Nunca vivió con nosotros en la casa. Jamás me pidió dinero. Solo venía a cargar el móvil y a ducharse, porque el pobre vivía en un chupano. De vez en cuando también venía a comer, pero siempre traía su comida de la Cocina Económica", explica el exreligioso, que cada poco interrumpe su relato para saludar a los amigos que, al verle, acuden a abrazarle y a interesarse por su salud. También con alguna regañina que otra. "Tienes que cuidarte y vivir tranquilo. No seas cabeza de chorlito y no nos des estos sustos", le repiten cada poco.

El día de autos, el joven marroquí llegó a la vivienda y quería ponerse "a hacer unos huevos fritos". "Le dije: ‘No tienes nada que hacer en todo el día, ¿cómo no vas puntual a la Cocina Económica? Pero nada más", relata el padre Chus. Acto seguido, y cuando estaba de espaldas el exsacerdote, "Mohamed vino despavorido contra mí. Primero me apuñaló en el cuello, y luego me intentó estrangular", recuerda. "Menos mal que estaban en la habitación un ruso y un búlgaro que me lo quitaron de encima. Fueron ellos los que me salvaron, porque si no, me mata", añade el padre Chus, relatando el episodio como si no hubiese tenido ninguna trascendencia. "Son cosas que pasan", insiste cada poco.

"Son cosas que pasan"

Mientras el joven marroquí se escondió en una de las habitaciones, acompañado por el búlgaro, el padre Chus intentaba taponarse la herida, cuya cicatriz es perfectamente visible en su cuello, a un lado y otro de la mandíbula. "Había un charco de sangre, pero cogí una toalla para taponar. Luego llegó ‘Jesusín’ (uno de los que más tiempo lleva viviendo con él) y les dije a todos que estuvieran tranquilos, que me iba a poner bien", describe Menéndez.

En apenas unos minutos, la vivienda se llenó de agentes de la Policía Nacional, con uniforme y de paisano. Fueron ellos que detuvieron en la propia vivienda al joven marroquí, que se encontraba en una de las habitaciones y llevaba consigo el cuchillo. A los policías les explicó que quería matar al padre Chus porque "solo Alá sabe lo que hace con los chavales", como así figura en el atestado. "Mohamed es una persona que no está bien y habrá dicho lo que ha escuchado por ahí", expone el padre Chus, restando importancia, de nuevo, a lo ocurrido.

Las primeras atenciones las recibió por los sanitarios que se desplazaron en UVI móvil hasta su vivienda. Con el mismo bueno humor atendió a los médicos. "La doctora me dijo, seguro que usted ha estado ya en muchas batallas", bromea el padre Chus al contarlo. Luego ya la memoria va fallando, pues estuvo ingresado en el Hospital de Cabueñes y, después, en la planta covid, donde recibió muchos mensajes y llamadas de apoyo y cariño.

"Tienes que cuidarte y alejarte de los problemas. Piensa en las personas que te queremos, lo que sufrimos cada vez que te pasa algo", le insiste de pronto otro amigo, que le insiste en denunciar lo ocurrido. "Yo tengo cuidado, no busco problemas. Todos los que viven conmigo llevan más de veinte años. Son mi familia", responde convencido de su camino. "Yo no me quiero morir, pero tampoco tengo miedo", remata el padre Chus, que todavía está a la espera de que se esclarezca la causa abierta en los jugados desde su arresto en noviembre del año pasado por los delitos de corrupción de menores y salud pública.

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