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Las librerías, sobre Gómez Ojea: "Fue una adelantada a su tiempo y una gran lectora"

El sector cultural destaca el "papel clave" de la autora para promover las obras de escritores noveles: "No se la reconoció lo suficiente"

Carmen Gómez Ojea, en su casa, en 2010. | Ángel González

La variedad temática de las novelas de Carmen Gómez Ojea se hacía notar también en sus lecturas. La reputada escritora, fallecida este martes, era una asidua a librerías locales y, hasta hace no mucho, una participante activa de presentaciones y encuentros con lectores de la ciudad. Libreros y asociaciones culturales explican que la muerte de la gijonesa supone la marcha "de una referente" y de "una de las grandes escritoras de la literatura asturiana", pero también la de una "firme defensora" de eventos como la Feria del Libro y clubes de lectura. "Sorprende ver sus fotos estos días con ese semblante tan serio que ponía para posar ante la cámara. Quienes la conocimos supimos de su tremendo sentido del humor y la alegría de vivir que contagia a los demás", señala Rafael Gutiérrez, librero de La Buena Letra y presidente de la Asociación de Librerías del Principado.

Gutiérrez destaca la "disponibilidad total" que Gómez Ojea mostraba a asociaciones y librerías que le pedían participar en algún acto. "Fue una adelantada a su tiempo, un espíritu libre que hacía lo que quería y como lo quería. Más moderna que nadie. Siempre con ganas de disfrutar. Era de esas escritoras que, si la tenías que presentar en un acto, lo mejor era hablar poco y dejarla a ella. Era tremendamente culta", asegura el gijonés, que señala también que, como buena gijonesa, la autora era una asidua al arenal de San Lorenzo: "Urdía muchas de sus historias paseando por el Muro y mojándose los pies en la playa". Como librero, Gutiérrez recomienda a los nuevos lectores que quieran adentrarse en la obra de Gómez Ojea empezar por "Cantiga de agüero", la obra que le hizo ganar el premio "Nadal" en 1982 y asentó su reputación a nivel nacional. "Ese libro es una obra maestra. Cualquiera que se quiera acercar a su universo lo tiene ahí entero. Ese libro es muy ella", asegura. Como lector, él también recomienda "Pentecostés". Es un libro muy gijonés: cuenta la historia de una mujer que, tras retirarse al campo por recomendación médica, descubre la apasionante figura de Jovellanos a través de sus diarios.

La librería de confianza para Gómez Ojea desde hacía ya muchos años fue la Librería de Bolsillo. Le quedaba muy cerca de casa, así que fue una de las primeras clientas del negocio cuando abrió sus puertas hace 15 años de la mano de Estefanía González y Valentín Tejeiro. "Era cliente y era amiga, nos apoyó muchísimo. Y era, también, una gran lectora. Todas sus lecturas eran de alto nivel", asegura González, que nunca vio a la escritora acercarse a un superventas. Jaime Priede, responsable de la Feria del Libro de Gijón, ve en Gómez Ojea "una figura fundamental de la narrativa nacional": "Que ganase el ‘Nadal’ en los 80 fue un espaldarazo para la literatura escrita por mujeres, hasta entonces estaban invisibilizadas. Ella lo sufrió. También ayudó a echar a andar la feria en sus inicios y siempre apoyó a autores jóvenes. Por cosas como estas era un ejemplo".

Desde las asociaciones culturales, concreta Arlé Corte, de Gesto, que el "carácter tan irónico y especial" de la autora era una presencia habitual en los actos del grupo, al que el esposo de la fallecida, Andrés de la Fuente, estuvo muy vinculado durante años. "Ahora nos quedamos con la sensación de que quizás no se la reconoció lo suficiente a nivel nacional”, lamenta. Luis Rubio, del Ateneo Jovellanos, añade: "Desde hacía unos años había tenido que dejar de participar en tantos actos, pero la hemos leído y seguido todo este tiempo. Era muy querida porque todos sabemos que su figura fue clave para la literatura en Gijón".

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